14. Latour. Introducción: como retomar la tarea de rastrear asociaciones
Selim Abdel CASTRO SALGADO, M. Arq. //Doctorado en
Arquitectura y Urbanismo
Módulo 1: Introducción al Conocimiento Científico
Sesión 5. Tema 14 LATOUR, Bruno. Introducción: como retomar
la tarea de rastrear asociaciones, en Reensamblar lo Social. Una introducción a
la teoría del Actor-Red
(LATOUR, 2008)
Introducción: cómo retomar la tarea de rastrear asociaciones
El razonamiento de este libro puede expresarse de modo muy
simple: cuando los científicos sociales agregan el adjetivo "social"
a algún fenómeno designan un estado de cosas estabilizado (...)
(p. 13)
Este uso del término no tiene nada de malo
mientras designe lo que ya está ensamblado, sin hacer supuestos superfluos
acerca de la naturaleza de lo que esta ensamblado (...)
En ese punto, el significado de la palabra se descompone
dado que ahora designa dos cosas enteramente diferentes: primero, un movimiento
en un proceso de ensamblado y, segundo, un tipo específico de ingrediente que
supuestamente difiere de otros materiales. (p. 13-14)
Ilustración 1
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Lo que quiero hacer es redefinir la noción de lo social
regresando a su significado original y restituyéndole la capacidad de rastrear
conexiones nuevamente. Después de desarrollar una labor exhaustiva al examinar
los "ensamblados" de la naturaleza, creo necesario escudriñar
minuciosamente el contenido preciso de lo que esta "ensamblado" bajo
el paraguas de una sociedad. (...)
Un proyecto de estas características implica, sin embargo,
una redefinición de lo que comúnmente se entiende por esa disciplina. Traducida
tanto del latín como del griego, la palabra "sociología" significa la
"ciencia de lo social". La expresión seria excelente salvo por dos
problemas, a saber, el término "social" y el término
"ciencia". Las virtudes que hoy en día les reconocemos a las empresas
científicas y técnicas guardan escasa relación con lo que los fundadores de las
ciencias sociales tenían en mente cuando inventaron sus disciplinas. (p. 14)
Lo que querían decir con "sociedad" ha sufrido una
transformación no menos radical, lo que se debe en gran medida a la expansión
misma de los productos de la ciencia y la tecnología (...) Ya no está claro si
existen relaciones que sean lo suficientemente específicas como para que se las
llame "sociales" y que puedan agruparse para conformar un dominio
especial que funcione como "una sociedad". (...) De modo que ni la
ciencia ni la sociedad se han mantenido lo suficientemente estables como para
cumplir con la promesa de una "socio-Iogía" sólida.
Por lo tanto quiero idear una definición alternativa de
"sociología", pero al mismo tiempo retener esta etiqueta útil y
mantenerme fiel, espero, a su vocación tradicional. ¿Qué es una sociedad? ¿Que
significa. la palabra 'social'? Por que se dice que algunas actividades tienen
una dimensión "social"? ¿Como puede demostrarse la presencia de
actores sociales"? ¿Cuándo es buena una investigación de la sociedad o de
otros agregados sociales? ¿Cómo puede alterarse el rumbo de una sociedad? Para
responder a estas preguntas se han adoptado dos enfoques muy diferentes. Solo
uno de ellos se ha convertido en sentido común el otro es el objeto de esta
obra. La primera solución ha sido postular la existencia de un tipo especifico
de fenómeno llamado "sociedad", "orden social",
"practica social", "dimensión social" o "estructura
social". (p. 15-16)
(...) la apelación a "factores sociales" podía
explicar los "aspectos sociales" de fenómenos no sociales. (p.17)
(...) esta versión de la teoría social se ha convertido en
la posición por defecto de nuestro software mental, que toma en consideración
lo siguiente: a) existe un "contexto" social en el que se dan las
actividades no sociales; b) es un dominio especifico de la realidad; c) puede
ser utilizado como un tipo específico de causalidad para explicar los aspectos
residuales que otros dominios (psicología, derecho, economía, etc.) no pueden
manejar completamente; d) es estudiado por especialistas llamados sociólogos o
socio-(x), "x" representa las diversas disciplinas; e) dado que los
agentes comunes siempre están "dentro" de un mundo social que los
abarca, en el mejor de los casos pueden ser "informantes" sobre este
mundo y, en el peor, ser ciegos a su existencia, cuyo efecto pleno solo es
visible para la mirada más disciplinada del científico social; f) no importa lo
difícil que sea realizar esas investigaciones, es posible lograr con ellas algo
similar a los éxitos de las ciencias naturales al ser tan objetivos como otros
científicos, gracias al uso de herramientas cuantitativas; g) si esto fuera
imposible, entonces se deben idear métodos alternativos que tomen en cuenta los
aspectos "humanos", "intencionales" o
"hermenéuticos" de aquellos dominios, sin abandonar el ethos de la
ciencia; h) y cuando se pide a los científicos sociales que den asesoramiento
experto sobre ingeniería social o que acompañen el cambio social, puede surgir
de estos estudios algún tipo de relevancia política, pero solo cuando se haya
acumulado suficiente conocimiento. (...) (p. 16-17)
El otro abordaje no da por sentado la afirmación básica del
primero. Sostiene que el orden social no tiene nada de especifico; que no
existe ninguna dimensión social de ningún tipo, ningún "contexto
social"; ningún dominio definido de la realidad al que pueda atribuirse la
etiqueta de "social" o sociedad"; que no existe ninguna
"fuerza social" que pueda "explicar" los aspectos
residuales de las que otros dominios no logran dar cuenta; que los miembros
saben muy bien lo que hacen aunque no lo expresen de modo satisfactorio para
los observadores; que los actores nunca están insertos en un contexto social y
por lo tanto son siempre mucho más que "meros informantes"; que
entonces no tiene ningún significado agregar algunos factores sociales" a
otras especialidades científicas; que la relevancia política obtenida a través
de una "ciencia de La sociedad" no es necesariamente deseable; y que
la "sociedad", lejos de ser el contexto "en el que" todo
está enmarcado, debe concebirse en cambio como uno de los muchos elementos de
conexión que circulan dentro de conductos diminutos. Con algo de provocación,
esta segunda escuela de pensamiento podría utilizar como consigna, aunque por
razones muy diferentes, aquella famosa exclamación de la señora Thatcher:
"jNo hay tal cosa como una sociedad!" (p. 17-18)
A primera vista, deberían ser simplemente inconmensurables,
dado que la segunda posición toma como el mayor acertijo a resolver lo que la
primera toma como su solución, a saber, la existencia de vínculos sociales
específicos que revelan la presencia oculta de fuerzas sociales específicas.
Desde el punto de vista alternativo, "social" no es un pegamento que
pueda arreglar todo, incluyendo lo que otros tipos de pegamento no pueden
arreglar; (p. 18)
(...) Si bien la mayoría de los científicos sociales
preferiría llamar "social" a una cosa homogénea, es perfectamente
aceptable designar con el mismo término una sucesión de asociaciones entre
elementos heterogéneos. Dado que en ambos casos la palabra retiene el mismo
origen -de la raíz latina socius-, es
posible mantenerse fiel a las intuiciones originales de las ciencias sociales
al redefinir la sociología no como la "ciencia de lo social" sino
como el rastreo de asociaciones.
Al principio esta definición parece absurda dado que corre
el riesgo de diluir la sociología de tal modo que signifique cualquier tipo de
agregado, desde enlaces químicos hasta legales, desde fuerzas atómicas hasta
cuerpos colegiados, desde ensamblados fisiológicos hasta políticos. Pero este
es precisamente el punto que esta rama alternativa de la teoría social quiere
establecer, que todos esos elementos heterogéneos podrían ser reensamblados en
algún estado dado de cosas. Lejos de ser una hipótesis inconcebible, es por el
contrario la experiencia más común al enfrentar el desconcertante rostro de lo
social (...) En cada instancia tenemos que reordenar nuestras concepciones de
lo que estaba asociado porque la definición previa se ha vuelto en alguna
medida irrelevante. Ya no estamos seguros de que significa
"nosotros"; parece que estamos ligados por "vínculos" que
no parecen vínculos sociales comunes. (p. 19)
(...) para registrar esta sensación de crisis y seguir estas
nuevas conexiones es necesario idear una nueva noción de social. Tiene que ser
mucho más amplia que aquello a lo que generalmente se llama por ese nombre,
pero estrictamente limitada al rastreo de nuevas asociaciones y al diseño de
sus ensamblados. Esta es la razón por la que voy a definir lo social, no como
un dominio especial, un reino especifico o un tipo de cosa particular, sino
como un movimiento muy peculiar de reasociación y reensamblado. (p.21)
(...) Ser social ya no es una propiedad segura y no
problemática, es un movimiento que puede no rastrear nuevas conexiones y puede
no rediseñar ningún ensamblado bien-formado. (p. 22)
A lo largo de este texto aprenderemos a distinguir la
sociología estándar de lo social de una subfamilia más radical que llamare
sociología crítica. Esta última rama será definida por los siguientes tres
rasgos: no se limita solamente a lo social sino que reemplaza el objeto a
estudiar por otra materia hecha de relaciones sociales, sostiene que esta
sustitución es insoportable para los actores sociales que necesitan vivir bajo
la ilusión de que hay "otra" cosa que lo social allí y considera que
las objeciones de los actores a sus explicaciones sociales son la mejor prueba
de que esas explicaciones son correctas. (p. 23-24)
Para clarificar, lIamaré al primer enfoque "sociología
de lo social" y al segundo "sociología de las asociaciones"
(quisiera poder usar "asociología"). Se me puede perdonar esta
tosquedad porque hay muchas excelentes introducciones a la sociología de lo
social, pero ninguna, hasta donde sé, de este pequeño subcampo de la teoría
social que ha sido lIamado..., pensándolo bien, (como se lo lIamará?
Desgraciadamente el nombre histórico es "teoría del actor-red" (TAR),
nombre que es tan torpe, tan confuso, tan falto de sentido, que merece ser
preservado. (p. 24)
En lo que sigue no estoy interesado en refutar -demostrar
que otras teorías sociales están equivocadas- sino en proponer. Hasta donde se
puede llegar suspendiendo la hipótesis de sentido común de que la existencia de
un dominio social ofrece un marco de referencia legitimo para las ciencias
sociales? (p. 28)
Para aquellos que
gustan encontrar los orígenes de una disciplina en algún ancestro venerable,
vale la pena señalar que esta distinción entre dos maneras contrastadas de
entender las tareas de la ciencia social no es nada nuevo. Ya estaba planteada
al comienzo mismo de la disciplina (al menos en Francia) en la temprana disputa
entre Gabriel Tarde, el mayor, y Emile Durkheim, el ganador. Tarde siempre se
quejó de que Durkheim había abandonado la tarea de explicar la sociedad,
confundiendo causa y efecto, reemplazando la comprensión del vínculo social con
un proyecto político que apuntaba a la ingeniería social. Contra este retador
más joven, sostuvo vigorosamente que lo social no era un dominio especial de la
realidad sino un principia de conexiones; que no habrá motivo para separar
"lo social" de otras asociaciones como los organismos biológicos o
incluso los átomos; que no había necesidad de ninguna ruptura con la filosofía
y especialmente con la metafísica para convertirse en científico social; que la
sociología en efecto era una especie de inter-psicología; que el estudio de la
innovación, y especialmente de la ciencia y la tecnología, era el área de
crecimiento de la teoría social y que la economía debía rehacerse de arriba
abajo en vez de usarse como una vaga metáfora para describir el círculo de
intereses. Por encima de todo, consideró lo social como un fluido circulante
que debía seguirse con métodos nuevos y no un tipo de organismo nuevo. (p.
29-30)
Si es cierto que las visiones de la sociedad ofrecidas por
los sociólogos de lo social fueron principalmente un modo de asegurar la paz
civil cuando el modernismo estaba en marcha, ¿qué tipo de vida colectiva y qué
tipo de conocimientos deben recoger los sociólogos de las asociaciones cuando
la modernización ha sido puesta en duda y la tarea de encontrar maneras de
cohabitar sigue siendo más importante que nunca? (p. 34)
Referencias
LATOUR, B. (2008). Introduccion: como retomar la tarea de rastrear
asociaciones. In Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del
actor-red (1st ed.). Manantial.
Ilustración 1: LÓPEZ BALAM, Israel (2016): Expectativa vs.
Realidad… qué tan público es realmente el espacio público? Recuperado de https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10154324366954531&set=bc.AbpJwAdvPJpXy1ubmM8ASpmlAlPMce769zwbxbOG_gkFZyPuqkssWmCW0fMw9nrT-bzhFF0PYhd1r2ZVZWItkStsbpFrqVgUuUkPeNnUrYA8EF02zl1ZJDDuzAbCTAUZpRE&type=1&opaqueCursor=Abr3YYRHDXrYnYk0Up__6NbDHefuOckFyPOG-dDX8KRNZWYPyPQh_osmjwMhAAeAjqpFpYFpjQrCa5DL6dDHdwhaYjv9bbS8c7dblTHhQD82Hdf4BgJw3PKu9oP8sqb8eEpZgBeRNgyJWEvXxCbWPpIfnu8cKNUYMCqYh7Ypi2alrFoXCL0v9J4vVaQ362Bq9qe1WfS4TMaBoCIF0T0Wq39x3kqShQ34upSOCLJ8r6-Xj0uhbyFiWDItdgfOIiVxNJ0udTHeJ7y_MPfIkL4fqfeVFsQAfBz0IFa9A7kU1dPrmiZNNat3S26eCbwd1r-Z1AezU4QT_b8WJ3bakOE2A-UfwBCj08JhVH2eCX8TYX6W-6Za8RSygj7m5UZtYrLLGqsGYQg3g0XaYtbsm_NvJ-iS&theater
el 13 de septiembre de 2017
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