González y Lobo, Carlos L.A. (2013): Apuntes de una teoría del proyecto arquitectónico

González y Lobo, Carlos L.A. (2013): Apuntes de una teoría del proyecto arquitectónico/ Hacia una teoría del proyecto arquitectónico. Ciudad Juárez: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

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Introducción

Proyectar es sin duda una tarea hermética, porque la arquitectura, pese a su componente técnica, no conoce bien la ciencia ni los métodos para ordenar su trabajo. En el discernir sobre el proyecto se perfilan las formas y son estas, con la gratificación de su coherencia plástica y la belleza de su orden, las que estimulan los itinerarios del hallazgo. Lo hermético recorre la oscuridad: de aquí la demanda de luz sobre la materia; sin la lu la forma es pura ambigüedad, carece de límites, se inscribe en los paisajes de la indeterminación, el retorno mas propicio para el desarrollo del comercio formal de la arquitectura.

Antonio Fernández Alba, Sobre la naturaleza del espacio que construye la arquitectura

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Esto es o parece significar que el arquitecto es el profesional que esta capacitado y tiene la destreza técnica y formal para crear una forma nueva, hasta el momento inexistente, y es capaz de hacerlo en previedad a su construcción y con miras a su realización material viable en el futuro inmediato. Dicha forma asume entonces la respuesta satisfactoria a la solicitación de los demandantes del encargo y pretensos usuarios del edificio resultante. Así, el proyecto arquitectónico es la manera socialmente aceptada y reconocible de, eficazmente, mediar entre la demanda inicial y el objeto arquitectónico necesario y posible solicitado. Si bien el desarrollo de los arquitectos cubre muchas otras tareas complementarias y colaterales a la de proyectar los edificios y espacios urbanos conexos, es claro socialmente que ésta es la tarea central y distintiva del hacer del arquitecto, que es la de ser el profesional capaz y diestro en (o para) generar conceptual, técnica y formalmente el proyecto.

Es capaz, precisamos, de generar una respuesta aceptable, legitima y eficiente a la demanda social del edificio, tanto en su estructura resistente y construible, como de formalizar los espacios necesarios y requeridos por la actividad habitable, de su distribución, secuencias lógicas y la optimización del espacio construido; respuesta que si bien contiene lo solicitado por los otros, la ofrece además como una forma que si bien surge de la solicitación antecedente, está organizada técnica y formalmente como una forma nueva y específica, la que atiende también al sitio y sus peculiaridades específicas, a las normativas al uso, jurídicas y constructivas, a la cultura de la que se reclaman parte los futuros habitantes y el propio arquitecto, y el hallazgo singular que todo ello sea una totalidad coherente, un verdadero nuovo culturale; en resumen, una respuesta satisfactoria a la actividad demandante, y en ciernes, que como tal se generó y gestó desde la necesidad de albergar y posibilitar la existencia de una actividad que como rareza apareció en un sitio específico, y a realizarse con o mediante, el uso de un recurso económico y productivo de dimensión expresamente acotada y accesible a los potenciales usuarios.

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Y que además, es capaz de preparar el documento técnico y jurídico necesario y suficiente para la realización objetiva (material y constructiva) en términos de su aceptación por los instrumentos financieros de crédito, de las normativas institucionales en materia de licencias y permisos de obra, así como de su aceptación técnica para el uso de los diversos agentes constructores en la presupuestación y los sub contratos correspondientes, y de la transmisión y en su caso dirección de la misma a los técnicos y artesanos encargados de la materialización de edificio y obras, gestiones y actos conexos del citado proyecto.