Ken Yeang, Proyectar Con La Naturaleza. Bases Ecológicas Para El Proyecto Arquitectónico (Barcelona: Gustavo Gili, 1999).
Ken Yeang, Proyectar Con La Naturaleza. Bases Ecológicas Para El Proyecto Arquitectónico (Barcelona: Gustavo Gili, 1999).
El concepto del ambiente en el proyectista y en el
ecologista
3
Una discrepancia inmediata entre el proyectista y el ecologista
radica en el distinto modo de entender el entorno o medio ambiente. Se puede
establecer una distinción entre el producto final de nuestro proceso de
proyecto como sistema proyectado, objeto primario de nuestro esfuerzo, y su
entorno (aquellas partes del mundo exterior que interactúan con él). La validez
de cualquier modelo de un sistema, y de la descripción del sistema que el
modelo suministra, dependen no sólo del carácter del modelo, sino también de
las hipótesis que establezcamos sobre el entorno del sistema y sobre la
interacción entre entorno y sistema (…)
3-4
La importancia del medio ambiente para el sistema que se
aloja en su seno es fácilmente visible. En el caso de los sistemas vivos, por
ejemplo, su medio ambiente y su estabilidad juegan un papel vital en su
supervivencia (Sears, 1956). Salvo en aquellos casos especiales de sistemas
completamente aislados del mundo exterior (p. ej., en la termodinámica
clásica), todo sistema viviente sobre la superficie de la Tierra se ve afectado
de alguna manera por el estado y la estabilidad de su entorno. Cada acto de
construcción redunda en una alteración del entorno.
4
(…) En un planteamiento de proyecto auténticamente
ecológico, el concepto de entorno ha de ser entendido de una forma mucho más
global, abarcando no sólo el medio físico (inorgánico) para la edificación,
sino también el biológico (orgánico) (Rowe, 1961; véase fig. 1-1).
(…)
Para que el proyectista pueda apreciar el concepto que sobre
el medio ambiente tiene el ecologista, es necesario entender primero un
concepto central en el estudio de la ecología, el concepto de ecosistema.
Definimos ecología (término acuñado por Haeckel en 1869)
como el estudio de las interacciones de los organismos, colonias de organismos
y especies biológicas (incluyendo a los seres humanos) con su entorno, vivo o
no; la distinta composición y estabilidad de grupos de especies geográficamente
localizados, y el flujo de energía y materia entre tales grupos de especies
(ecosistema) (Istock, 1973).
4-5
Los ecologistas sostienen que el conjunto de interacciones
entre los componentes biológicos y físicos del medio ambiente constituye una
unidad espacial que se llama “ecosistema” (Tansley, 1935). Este sistema
ecológico, o ecosistema, se define como una unidad que abarca todos los organismos
(es decir, la comunidad) de un área determinada y sus relaciones recíprocas con
el medio físico, de modo que los flujos de energía que se producen entre ellos
conducen a una estructura trópica claramente definida, a la diversidad biótica
y a los ciclos materiales (es decir, los intercambios de materia entre las
partes vivientes y no vivientes) dentro del sistema (Odum, E. O., 1971, p. 8).
6
Entre las funciones que se desarrollan en el seno de un
ecosistema se incluyen la transformación, la circulación y la acumulación de
materia y energía por la intervención de los organismos vivos y sus
actividades, y a través de procesos naturales (Van Dyne, 1969, p. 330; véase
también fig. 1-2). Entre otras funciones del ecosistema se cuentan la fotosíntesis,
la obtención de energía a partir de las plantas (organismos herbívoros), de los
animales (organismos carnívoros), y la simbiosis (Van Dyne, 1966).
7
(…) el planteamiento ecológico también exige el análisis de
nuestro sistema proyectado. Éste puede consistir en una intrusión deliberada en
el ecosistema del lugar en que se emplaza el proyecto, para entender y prevenir
los cambios que acompañan a su estructura y funcionamiento derivados del hecho de
imponerle un sistema artificial. No obstante, el alcance del impacto de esta
intrusión varía en función de otros factores, como la diversidad y la
estabilidad biológica del lugar de emplazamiento, la ubicación geográfica, la
historia del desarrollo del lugar y la acción que se le impone.
8
(…) conviene recalcar que cualquier planteamiento que
pretenda solucionar los problemas del deterioro y contaminación ambiental debe
partir, de manera imprescindible, de una comprensión asunción del concepto
ecologista de medio ambiente (v. gr, Turkey et al., 1965).
Evidentemente, un planteamiento de este tipo dista mucho del enfoque
tradicional en el cual, para el proyectista, el emplazamiento no pasa de ser
una mera zona en el espacio. En cambio, para el ecologista, el emplazamiento es
esencialmente un ecosistema vivo y en funcionamiento, cuyos componentes han de
ser considerados holísticamente junto a las interacciones de todos sus
procesos.
10-11
Interacción espacial entre ecosistemas
La siguiente premisa proyectual se basa en que el impacto de
un proyecto no se limita al ámbito definido por sus lindes legales. La mayoría
de los proyectistas tiende a dibujar los emplazamientos de sus proyectos como
si fueran zonas aparte, separadas de otras mediante verjas, muros y lindes. En
la biosfera, sin embargo, los ecosistemas no son sistemas aislados, sino que
tienen un ámbito espacial entrelazado que se caracteriza por sus partes y por
las interacciones entre esas partes (Dasman, 1972). Las interacciones entre
ecosistemas atraviesan los lindes artificiales creados por el hombre. Los
ecosistemas en la biosfera han de ser considerados holísticamente como
interdependientes.
11
De esto se deduce que el proyectista debe concebir el
emplazamiento del proyecto en su contexto geográfico más amplio, como parte de
su unidad de ecosistema definida por sus límites naturales. Dada la complejidad
e inseparabilidad de las acciones recíprocas entre ecosistemas y dentro de un
mismo ecosistema, el proyectista no debe adoptar un punto de vista fragmentario
de un ecosistema, o lo que es lo mismo, no debe considerarlo como un segmento
espacial o como un componente del ecosistema aislado.
13
El estado dinámico del ecosistema y sus interacciones
cambiantes con el medio edificado a lo largo del tiempo
Una vez descritos el concepto y los componentes del
ecosistema, hay que pasar a considerar la interacción de estos a lo largo del
tiempo. Los ecologistas sostienen que el medio ambiente es un estado dinámico y
que, por consiguiente, está en un estado de continuo movimiento.
14
(…)
Desde el punto de vista proyectual, no cabe considerar el
medio edificado como un sistema estático e inmutable, en el que se producen
unas acciones insignificantes o invariables con los sistemas ecológicos. Cada
vez que un sistema edificado entra en acción, va a ser sujeto de interacciones
con el medio ambiente a todo lo largo de su vida física. En un planteamiento
ecológico del proyecto, el proyectista necesita predecir y verificar toda la
gama de interacciones y consecuencias del proyecto, no sólo antes de su construcción,
sino durante su funcionamiento o uso. El marco actual de las responsabilidades
del proyectista debe ser ampliado para incluir las responsabilidades derivadas
de su actuación en asuntos tales como la eliminación de los componentes del
sistema edificado al final de su vida útil. En muchos casos, las consecuencias
ecológicas de un sistema edificado durante su período operativo y de uso
exceden, en mucho a las consecuencias derivadas de su realización inicial (p.
ej., a través de su elevado consumo de energía y de sus emisiones de desperdicios
y otras descargas). Por lo tanto, el proyecto ecológico debe incluir un
planteamiento holista y global de la gestión de los recursos energéticos y
materiales de los elementos edificados. A este fin, es conveniente considerar
conceptualmente cada sistema edificado como un sistema proyectado que tiene su
propio modelo de ciclo de vida (…)
14-15
Tradicionalmente, el arquitecto ha sido responsable del
ensamblaje de los materiales en obra, de la construcción de la edificación y,
en ocasiones, del mantenimiento y renovación del edificio una vez terminado.
Sin embargo, un planteamiento verdaderamente ecológico requiere que el
proyectista no se limite a asumir sus responsabilidades tradicionales, sino
también las derivadas de las interacciones entre el sistema proyectado y su
medio ambiente a lo largo del ciclo vital físico de la construcción.
15
De
esta forma se podría incluso llegar a redefinir el proyecto arquitectónico como
una forma de gestión de energía y materiales, en la que sería misión del
proyectista dar una forma temporal (es decir, durante el período de uso) al
manejo y reunión de la energía y los recursos naturales de la Tierra para, en
el momento de la demolición al final de su período de uso, proceder a reciclar
los materiales dentro del entorno edificado o asimilarlos al entorno natural.
(…)
Heterogeneidad espacial de los ecosistemas
Los ecosistemas tienen una heterogeneidad espacial que
incluye diferencias en las propiedades biológicas y físicas en el espacio y en
el tiempo. Esto significa que el alcance del impacto y el riesgo de degradación
permanente de la ecología de cualquier emplazamiento, derivados o activados por
la acción humana, varían en función de la ubicación geográfica del terreno y
del tipo de acción y actividad humanas impuestos sobre él.
La heterogeneidad espacial representa un mosaico de
fragmentos que pueden estar o temporalmente desfasados entre sí o ser
cuantitativamente diferentes en lo relativo a composición biológica.
16
Hasta ahora, los proyectistas habían enfocado los ecosistemas
como emplazamientos meramente físicos que servían como marco a sus actos de
transformación; se consideraba a los ecosistemas como elementos que había que
modificar y configurar para adecuarlos al proyecto. Por el contrario, en el
enfoque ecológico, los proyectistas no deben considerar los emplazamientos de
los proyectos como uniformes, aunque superficialmente puedan parecerse unos a
otros. Cada emplazamiento debe ser evaluado individualmente, con arreglo a los
valores naturales propios de su ecosistema, sus procesos, sus limitaciones y a
su abanico inherente de oportunidades naturales, cada uno de los cuales difiere
en cada emplazamiento (McHarg, 1968).
(…)
Desplazamiento espacial de los ecosistemas por la acción del
medio edificado
La implantación de cualquier estructura artificial (y
especialmente la de un edificio) en un ecosistema crea conflictos dentro del
ecosistema.
17
Pero además de este desplazamiento espacial del ecosistema,
la mayoría de las estructuras y edificios construidos por el hombre tiene como
resultado la introducción de energía y materia dentro del ecosistema del lugar
de emplazamiento. Ello se debe a que toda actividad constructora implica una
redistribución y una concentración de algunas porciones de energía y recursos
materiales de la Tierra desde lugares generalmente distantes del terreno de
emplazamiento, con el resultado final de alterar la composición de aquella
parte de la biosfera terrestre y de añadirse a la composición del ecosistema en
que se pretende edificar.
19
Hablando en términos generales, los factores comunes en el
deterioro de la vida orgánica producido por la intrusión de la actividad
edificatoria (tanto en los ecosistemas terrestres como acuáticos) son un
declive de la biomasa (la masa de materia viva), un declive de la productividad
(la cantidad de materia producida por una especie dada en un área determinada),
y un mal funcionamiento de los controles naturales (Woodwell, 1971).
23
En el planteamiento ecológico no existe ninguna “varita
mágica tecnológica” ni un enfoque de proyecto universal que puedan resolver
todos los problemas ambientales o eliminar todos los efectos negativos. En
ecología casi nunca es posible realizar una sola acción individual sobre un
ecosistema, ya que los efectos de una actividad proyectada para conseguir un
solo objetivo son, en realidad, múltiples.
Pero, aunque no siempre sea posible predecir todos los
múltiples efectos que se pueden producir, la responsabilidad del proyectista
consiste en ser consciente de, y anticipar en la medida de lo posible, las
consecuencias ya desde la fase de proyecto.
24
Hablando en términos generales, los impactos humanos sobre
el ecosistema suelen tener como resultado un cierto grado de simplificación del
mismo; es decir, se pasa de un estado diversificado a otro de menor
complejidad. Esto repercute en una reducción de la flexibilidad de la relación
entre el medio edificado y el ecosistema, a la vez que aumentan las
restricciones sobre el ecosistema en el medio artificial. El efecto global es
que la población y sus sistemas edificados, lejos de ganar independencia
respecto al funcionamiento de los ecosistemas de la biosfera, se convierten en
más dependientes de ellos.
26
Aceleración de la entropía de la Tierra por la intervención
humana
Definida brevemente, la entropía representa la medida de la
degradación del Universo durante cada proceso natural. Este atributo puede ser
concebido como el grado de disipación de la energía o fuerza que permite que el
sistema funcione, tanto si se trata de una disipación interna en el sistema
como si se trata de una exportación al medio ambiente (Walmsley, 1972). También
puede considerarse la entropía como el grado de disfunción o desorden de un
sistema. La entropía de un sistema aislado no puede nunca disminuir, y en todo
proceso natural se produce un aumento de entropía (Berry, 1972).
29
Bases para el proyecto ecológico
Algunas de las premisas cruciales para nuestro planteamiento
ecológico son las siguientes:
1.
El concepto ecológico del medio ambiente. Al
examinar el terreno de emplazamiento, el proyectista debe contemplar también el
entorno e incorporar el concepto ecologista del medio ambiente. El ecologista
sostiene que el ambiente de cualquier sistema edificado ha de ser considerado,
en primer lugar, en el marco global de la unidad de ecosistema en el cual se
ubica y, en segundo lugar, en el contexto de otros ecosistemas de la Tierra. La
aplicación del concepto de ecosistema al proyecto supone concebir, desde un principio,
el lugar de emplazamiento desde un punto de vista holista, como una unidad de
componentes bióticos y abióticos (vivos y no vivos) que funcionan como un todo
en la formación de un ecosistema, e identificar y comprender completamente
todas sus características e interacciones, antes de efectuar cualquier intervención
en el lugar de emplazamiento.
30
2.
Conservación de energía, materiales y ecosistema
mediante el proyecto. Como la Tierra es un sistema de materiales cerrado, con una
masa finita, todos los ecosistemas de la misma, junto con todos los materiales
y recursos energéticos fósiles, con forman el límite contextual último para
cualquier actividad de proyecto. Toda actividad de proyecto tiene lugar
inevitablemente dentro de los confines de este límite.
31
El proyectista ha de ser
consciente de las cantidades de energías no renovables empleadas en la
realización, funcionamiento y evacuación de desperdicios del medio edificado, y
de la eficiencia en el uso de tales recursos (…) El proyectista también debe
tener en cuenta qué pasará con los elementos del medio edificado al final de su
vida útil; es decir, no sólo deberá preocuparse de qué pasa con los
desperdicios que se producen durante la vida operativa de los edificios, sino
también de qué se hace con los restos de la edificación una vez cumplida su
vida útil. Este aspecto puede concebirse en la forma de un modelo de uso o como
un ciclo de vida que nos permita seguir la huella del flujo de recursos a
través de la vida útil y la vida física de la edificación.
3. Enfoque contextual de un
ecosistema. En el marco de la biosfera, no sólo se producen interacciones entre
los componentes de un mismo ecosistema, sino que también se producen
influencias recíprocas entre los diversos ecosistemas y procesos biosféricos.
32
Por consiguiente, los efectos de
la intervención humana en un ecosistema concreto no pueden considerarse como
algo aislado y limitado a sus confines específicos, sino que pueden extenderse
sinérgicamente a otros ecosistemas.
En la práctica arquitectónica
actual, una parcela para la construcción viene definida por sus lindes legales
(artificiales), mientras que un ecosistema viene delimitado por sus lindes
naturales (…)
4. Los emplazamientos del
proyecto deben ser analizados individualmente. De la misma manera que no hay
dos especies biológicas exactamente iguales, los emplazamientos son
ecológicamente heterogéneos, por muy similares que puedan parecer
superficialmente. El proyectista no debe caer en la simplificación de
considerar los terrenos para la edificación como productos de cambio uniformes,
con rasgos ecológicos uniformes. De hecho, cada ecosistema tiene su propia
estructura física, su propia composición de elementos orgánicos e inorgánicos,
y sus propias interacciones.
32-33
5. El ciclo de vida como concepto
de proyecto. Las interacciones entre ecosistemas son procesos dinámicos y
sufren alteraciones a lo largo del tiempo. Lo ideal es prevenir el impacto y el
rendimiento del sistema proyectado en los ecosistemas a través de todo el ciclo
de vida de la edificación. Pero, al mismo tiempo, los estados de los
ecosistemas también van cambiando. En la práctica arquitectónica, habría que
ampliar el campo actual de responsabilidades del proyectista, incluyendo entre
ellas los impactos medioambientales del sistema proyectado y su uso a lo largo
de toda su vida física.
33
6. Toda construcción comporta un
desplazamiento espacial del ecosistema y unas adiciones de energía y materiales
nuevos al lugar de emplazamiento. (…)
7. El “sistema total” o enfoque
holista. La introducción de un sistema proyectado en un ecosistema puede
arrojar múltiples efectos sobre el mismo. (…)
33-34
8. El problema de la eliminación
de los productos de desecho. Por lo general, los ecosistemas tienen la
capacidad de asimilar una cierta cantidad de intervención humana. Sin embargo,
existe un límite a partir del cual el ecosistema queda irreparablemente dañado
(…)
34
9. Estrategia de proyecto basada
en la sensibilidad y la previsión. La síntesis de cualquier sistema proyectado
implica inevitablemente algún impacto ambiental (sea por adición, alteración o
disminución) sobre el ecosistema, así como también una cierta utilización y
redistribución de recursos de la Tierra. No obstante, el hecho de que la
humanidad altere los ecosistemas como fruto de sus actividades no tiene por qué
ser intrínsecamente indeseable o negativo.
(…)
El objetivo del proyecto
ecológico no es, por tanto, cómo mantener la biosfera o los ecosistemas fuera
de la influencia humana, sino cómo relacionar las actividades humanas con los
ecosistemas de la manera menos destructiva posible, del modo más ventajoso y compatible
con las limitaciones inherentes al ecosistema. Es más, teóricamente, es incluso
posible proyectar el entorno edificado de tal modo que produzca impactos
ecológicos beneficiosos.
Las principales hipótesis de
nuestro enfoque ecológico se pueden resumir de la siguiente manera:
* Mantener un medio ambiente
biológicamente viable siempre es ventajoso para el ser humano.
* El estado actual de degradación
progresiva del medio ambiente por la acción humana es inaceptable.
* Es preciso minorizar, en la
medida de lo posible, los impactos destructores sobre los ecosistemas.
* Los recursos naturales son
limitados. Los desperdicios, una vez producidos, no se regeneran fácilmente.
35
* La humanidad forma parte de un
sistema cerrado, y el estudio de los procesos del medio natural, por ser éstos
unitarios, ha de constituir una parte esencial de los procesos de proyecto y
planificación.
* Existen relaciones recíprocas
entre el medio artificial y el medio natural, y cualquier cambio de una parte
del sistema afecta al sistema completo.
37
La arquitectura y su impacto ecológico
Diferencias entre el concepto tradicional de arquitectura y
el concepto ecológico de arquitectura del ecologista
Tradicionalmente, el proyectista ha valorado la edificación (léase
“la arquitectura”) en función de su estética, distribución de conjunto,
utilización del espacio, forma, estructura, elementos constructivos, uso del
color y de la sombra, y otros rasgos típicos del proyecto arquitectónico. Por
el contrario, el ecologista valora el edificio en el contexto del concepto de
ecosistema. Ello quiere decir que concibe el edificio no sólo como un ente
formado por componentes abióticos (no vivientes), sino también por componentes bióticos
(vivientes), todos los cuales operan conjuntamente como un sistema completo en
el contexto de otros ecosistemas de la biosfera.
42
Podemos, pues, concluir que en el enfoque ecológico, el
proyectista debe proyectar con la premisa de que el impacto humano aumenta con
relación al incremento de las demandas de condiciones de vida más allá de las
propias de una existencia sencilla. En el proceso de proyecto, y antes de
empezar a proyectar, el proyectista debe revisar primero el programa del
proyecto y definir el alcance de las condiciones de alojamiento y confort. En
ese momento deberá tomar las siguientes decisiones:
* ¿Cuál es el nivel actual de las condiciones de vida?
* ¿Cuál es el nivel de las condiciones de vida requerido por
los usuarios?
* ¿A qué pueden estar dispuestos a renunciar?
52
Sin embargo, como ya hemos recalcado antes, nuestro sistema proyectado
también puede ser contemplado de otras dos maneras. Puede ser considerado como
una entidad consistente en la actividad operativa que tiene lugar dentro del
sistema (es decir, sus relaciones internas), y también como una entidad
consistente en la composición y forma físicas del sistema (o sus elementos).
Uniendo estos dos puntos de vista, la estructura de nuestro sistema representaría
el conjunto de los elementos y relaciones perteneciente a ese sistema
(Saragasti, 1970).
No obstante, en nuestro modelo es preciso incluir también el
ambiente externo con el cual interacciona. Ahora podemos, pues, completar la
elaboración del sencillo modelo anterior de entradas-salidas (inputs-outputs)
desarrollando un modelo más complejo que incluya los elementos del sistema, sus
relaciones internas y sus relaciones externas con su medio ambiente.
53
Por ejemplo, utilizando un modelo más elaborado (fig. 2-6),
es posible establecer una analogía entre nuestro medio edificado y el ecosistema,
de modo que sus atributos sean los siguientes:
* Los componentes abióticos del sistema, con el contenido de
energía e información dentro de sus fronteras (el sistema edificado y los
elementos físicos).
* Los componentes bióticos del sistema (fauna, flora,
personas).
* El medio ambiente con el cual el sistema intercambia
recursos y productos de energía/materia (el ambiente ecológico).
* Una fuente de energía/materia que atraviesa la frontera y
penetra en el interior del sistema (los recursos o aportes).
* Una fuente de información constituida por acontecimientos normalizados
procedentes del medio exterior que penetran en el sistema a través de sus
fronteras, y/o salen del interior de las fronteras del propio sistema (el
sistema de verificación).
54
* Los procesos del sistema y sus componentes, en los que los
aportes o recursos de energía/materia son utilizados directamente, o bien son
mantenidos dentro de las fronteras del sistema para usarlos en otro momento (el
metabolismo del sistema).
* El flujo de energía y/o materia a través de las fronteras
del sistema constituido por los desechos del mismo como consecuencia de los
procesos que se desarrollan en su seno (productos de desecho).
55
*El flujo exterior al sistema hacia otros sistemas y hacia
el medio ambiente, el cual adopta la forma de materia y/o energía disponibles para
producir efectos físicos o productos útiles, los cuales pueden ser dirigidos
hacia afuera del sistema, utilizados directamente, y/o conservados para un uso
futuro (productos útiles).
* Los procesos del entorno del sistema que están afectados
por el funcionamiento del mismo y que, a su vez, afectan al sistema (procesos
del ecosistema).
*. Las interacciones entre todos los citados anteriorme: (estado
del sistema).
55
Examinar el medio edificado desde el punto de vista
ecologista nos habilita para resumir aquellos rasgos y aspectos de nuestro medio
edificado que tienen implicaciones ecológicas y afectan a nuestras premisas de
proyecto. Son los siguientes:
1. El medio edificado tiene componentes abióticos y
bióticos. El arquitecto tiende a enjuiciar la arquitectura en función de la
estética, la planta, la utilización del espacio, la forma, la estructura y los elementos
constructivos, mientras que el ecologista considera el medio edificado como un
producto de una actividad biótica en la cual el ser humano es sólo un
componente biótico más de la biosfera.
2. El proyecto ecológico comprende el establecimiento de
modos de vida y la minoración de los requerimientos del usuario.
56
Si aceptamos el hecho de que la edificación (arquitectura)
es un requisito ineludible de la existencia humana, entonces la cuestión fundamental
es la siguiente: ¿De qué manera hay que proyectar, construir y utilizar la
arquitectura para que ejerza un mínimo impacto sobre los ecosistemas de la
Tierra?
3. El medio edificado considerado como parte del flujo de
energía y de materiales en su ciclo de vida.
(…) De esta manera, en la fase de proyecto podemos concebir
el medio edificado como una forma de gestión de la energía y los materiales.
Mediante el análisis de este flujo, podremos predecir, al mismo tiempo, sus
impactos sobre los ecosistemas, con el objetivo de minorizar todos los impactos
indeseables.
4. La necesidad de integrar el medio edificado en los
ecosistemas de la Tierra
(…) El objetivo del proyecto ha de ser limitar los impactos
indeseables y las interacciones del sistema proyectado sobre el ecosistema, de
modo que estén lo más localizados que sea posible, con el fin de conservar los
recursos y de integrar o buscar relaciones mutuamente beneficiosas y
compatibles (…)
57
5. Identificación de los impactos producidos durante el
ciclo de vida de un sistema proyectado. En el planteamiento ecológico del proyecto,
el medio edificado puede interpretarse de dos maneras. En primer lugar, un
sistema proyectado puede ser concebido como una entidad formada por elementos
bióticos y abióticos y, en segundo lugar, como una entidad formada por las
actividades operativas que tienen lugar en el interior del sistema o que están asociadas
a él.
6. El contexto externo de un sistema proyectado comprende la
totalidad de los ecosistemas de la biosfera y de los recursos de la Tierra.
58
Resumiendo, podemos concebir los impactos de un sistema
proyectado sobre los ecosistemas y su ambiente externo considerando las
interacciones que tienen lugar entre, (1) sus intercambios de insumos (o
recursos) y productos, (2) las actividades operativas en el interior del
sistema proyectado y (3) su ambiente externo, es decir, los ecosistemas y
recursos de la Tierra.
(…) Podemos concluir aquí que toda arquitectura (o
edificación) ejerce los siguientes modos de impacto sobre los ecosistemas y
recursos de la Tierra:
* Por su mera presencia física, desplaza espacialmente una
porción del ecosistema. Simultáneamente, su propia composición de energía y
materiales modifica la energía y los materiales del ecosistema.
*Después de su construcción, el uso de un medio edificado fomenta
la aparición de otras actividades humanas y otras urbanizaciones, que
provocarán, recurrentemente, la aparición de más impactos ambientales. Todo
sistema proyectado afecta y es afectado por el medio ambiente a lo largo de
toda su vida útil.
*Reduce los recursos no renovables de la Tierra, mediante el
consumo de ingentes cantidades de sus recursos materiales y energéticos para su
realización, funcionamiento y evacuación. Pero, además de esa reducción, el
propio proceso de extracción y manipulación de recursos para ser utilizados en
el medio edificado consume de nuevo energía y recursos materiales, infligiendo,
además, un impacto considerable a los ecosistemas.
* Emite grandes cantidades de productos, incluyendo
descargas de energía (en forma de calor) y materiales
61
Estructura para el proyecto ecológico
64
Estructura para identificar los criterios ecológicos en el
proyecto y la planificación del medio edificado
En la confección de una estructura es preciso considerar los
siguientes factores:
*Una estructura para el proyecto ecológico debe incluir los siguientes
componentes: el sistema proyectado (nuestro sistema en estudio o a estudiar),
el medio ambiente del sistema proyectado (el cual incluye los ecosistemas y
recursos de la Tierra) y cualquier interacción entre el sistema proyectado y su
medio ambiente.
*Todo sistema proyectado tiene una composición y una forma física
determinadas y su propio conjunto de funciones operativas, todos los cuales se
relacionan recíproca, espacial y sistemáticamente con su medio ambiente a lo
largo del tiempo.
*Como sucede en un organismo vivo, el sistema proyectado requiere
continuos aportes de energía y materia y, a su vez, retorna a su medio ambiente
productos energéticos y materiales.
*También necesitamos examinar el medio edificado dentro del contexto
espacial de los ecosistemas donde tienen lugar sus actividades, para poder
identificar las consecuencias que derivan de esas actividades sobre los
ecosistemas.
(…) las interacciones pueden ser clasificadas en cuatro
grupos generales:
1. Las interdependencias externas del sistema proyectado
(sus relaciones externas o ambientales).
2. Las interdependencias internas del sistema proyectado
(sus relaciones internas).
3. Los trasvases de energía y materia del exterior al
interior del medio edificado (sus recursos, inputs).
4. Los trasvases de energía y materia del interior al
exterior del medio edificado (sus productos, outputs).
87
(…) el proyectista puede determinar la idoneidad de un
emplazamiento para una actividad o uso del terreno, o su susceptibilidad a
sufrir daños serios como consecuencia de diversos tipos de uso del terreno o de
uso de la edificación. Un planteamiento simplificado del modelo de capas
superpuestas puede consistir en (1) identificar los grupos de especies y
describir la distribución y abundancia de las comunidades vegetales
importantes, (2) relacionar las especies y comunidades con procesos físicos y biológicos
significativos, (3) intentar asignar valores de importancia relativa a las
especies y comunidades, basándose en su significación respecto a los procesos
naturales fundamentales a mantener, y (4) tomar las oportunas decisiones de
planificación y proyecto encaminadas a minorizar los cambios bióticos
permanentes, los efectos múltiples y las alteraciones físicas irreversibles al
entorno. Hay que recalcar que esos factores bióticos sólo deben utilizarse a
modo de indicación del funcionamiento de los otros componentes del ecosistema;
por contraste, un análisis completo requeriría examinar también los otros
procesos e intentar establecer más explícitamente la relación entre ellos y las
comunidades bióticas.
87
Por ejemplo, podemos clasificar los factores ecológicos en
(1) especies y colonias de organismos, (2) hábitats y comunidades, y (3)
procesos de los ecosistemas como indicadores generales para el análisis del ecosistema.
Esos factores ecológicos incluyen:
1. Especies y colonias de organismos
Especies vegetales y animales raras y en peligro
Especies vegetales productivas
Especies de caza
Otros animales
Aves autóctonas y migratorias
Especies vegetales y animales pestilentes
Parásitos
2. Hábitats y comunidades
Diversidad de especies
Secuencias alimenticias
Uso del suelo por parte de los hábitats y comunidades
3. Procesos de los ecosistemas
Tasa de producción
Régimen hidrológico
Régimen alimenticio
89
En general, las decisiones proyectuales deberán tomarse
teniendo como objetivos minorizar (1) los cambios permanentes en la comunidad
biótica, (2) los efectos múltiples y de largo alcance que puedan influir en
otros ecosistemas, y (3) las alteraciones físicas extremas del ecosistema que
puedan tener efectos irreversibles.
89-90
En las fases de planificación general del medio edificado, y
antes de entrar de lleno en el detalle del proyecto, el examen de los rasgos
ecológicos del emplazamiento (o lugar de donde se vaya a desarrollar la
actividad en proyecto) va a proporcionar al proyectista una base sobre la que
adoptar las siguientes decisiones de proyecto (Wettgyvst et al., 1971):
* El modelo de uso del suelo, o la exclusión de ciertas
estructuras y actividades de los lugares ecológicamente inadecuados. Aquí pueden
incluirse las áreas potencialmente peligrosas para los edificios.
* Zonas de preservación, o determinación de áreas que tengan
un valor particular en su estado actual para la preservación (es decir, se
preserva el estado espontáneo del ecosistema). Este concepto incluye las
consideraciones sobre la flora y la fauna ecológicamente sensibles y los rasgos
topográficos frágiles peculiares de esa región.
* Zonas de conservación, o determinación de áreas que tengan
un valor particular en su estado actual para su conservación. Esas
localizaciones, aún sin ser ecológicamente críticas, pueden suministrar unas
zonas de amortiguación para las áreas de preservación y representan una reserva
para opciones de uso futuro.
* El modelo de organización general del suelo y la
edificación, o la búsqueda de combinaciones compatibles de componentes del ecosistema
y componentes artificiales.
90-91
*Los impactos durante el ciclo de vida del sistema
proyectado y la exclusión de otras edificaciones y actividades adicionales durante
y después de la construcción del sistema proyectado, de manera que los impactos
sobre los ecosistemas puedan mantenerse dentro de los límites de tolerancia
previstos inicialmente.
95
Interdependencias ecológicas internas del medio edificado
97
Por lo general, la vida física es más larga que la
económica. La duración física de ciertos sistemas constructivos (por ejemplo,
las estructuras de hormigón armado, la mampostería, el vidrio) excede en mucho
la previsión de su vida económica. Las razones para la demolición de un
componente de un sistema edificado, o incluso de todo el sistema, se circunscriben
siempre de las siguientes:
* Obsolescencia de su emplazamiento. Cuando el uso para el
que fue proyectado y construido deja de ser idóneo se emplazamiento particular.
* Obsolescencia funcional. Los cambios sociales y económicos
pueden eliminar la demanda de los servicios o funciones que el sistema
edificado está en condiciones de satisfacer.
* Obsolescencia técnica. Los avances proyectuales y
tecnológicos pueden exigir unos rendimientos superiores a los que el sistema edificado
es capaz de proporcionar.
* Obsolescencia física. El sistema edificado y sus
componentes pueden caer por debajo de los niveles aceptables requeridos por los
ocupantes o por las normas constructivas legales, como resultado del deterioro
físico, del desgaste debido a los agentes atmosféricos, o de la descomposición
por la acción del entorno ecológico.
110
Cómo proyectar para un modelo cíclico de uso
El sistema proyectado es, en efecto, el resultado de
decisiones específicas tomadas por el proyectista atendiendo al modelo de uso
de energía y materiales en el entorno edificado. El acto de proyectar para un
modelo cíclico de uso está relacionado con varios factores, por ejemplo:
1. Coste energético y material de la recuperación (es decir,
de un modelo cíclico). Actualmente, buena parte del esfuerzo del proyectista cuando
proyecta un edificio a gran escala se dedica a la facilidad y eficiencia de la
construcción (es decir, a la energía requerida para construir el sistema) y a
la eficiencia de funcionamiento (…) el proceso de proyecto debería incluir el conocimiento
de recursos materiales y energéticos que van a derivarse del desmantelamiento
del sistema y de la eventual preparación de sus componentes para su reciclaje o
recirculación.
111
2. Impactos sobre el ecosistema resultantes del
desmantelamiento y la recuperación.
3. Emisiones y productos generados en los procesos de
recuperación.
4. Forma, tipo y cantidad de materiales utilizados en el
sistema edificado.
112
5. Métodos de construcción. La facilidad de desmantelamiento
y recuperación depende de los métodos de construcción y montaje empleados.
(…) En general, los sistemas de construcción y montaje manifiestamente
mecánicos son los de más fácil recuperación, mientras que los sistemas de
construcción fisicoquímicos (p. ej., hormigón armado, cemento y mortero) tienen
un menor potencial de recuperación.
(…) En este punto, hay que tener muy presente que las decisiones
que se tomen en la fase de proyecto o de construcción bajo la premisa de la
permanencia o por razones de ahorro económico en la estructura (como la
continuidad de los miembros estructurales, las juntas in situ y las juntas
fisicoquímicas, y el uso de elementos compuestos complejos), son siempre a
expensas de la facilidad y la economía de las fases de desmantelamiento y
recuperación.
113
6. Métodos de demolición o desmantelamiento. La calidad de
los componentes del edificio desmantelado dependerá de la causa por la que ha
quedado obsoleto y del método de desmantelamiento empleado.
7. Existencia de un uso o una necesidad para el producto
recuperado. El hecho de proyectar edificios y componentes constructivos pensando
en una ulterior recuperación de sus materiales presupone que el producto
seguirá teniendo una relevancia y un uso continuados en el futuro, o que será
compatible con el sistema futuro.
8. Elección de las instalaciones. Siempre es conveniente que
la elección del tipo de instalaciones de control ambiental empleado para
proporcionar confort y satisfacer los requerimientos materiales del entorno
edificado se realice con vistas a reducir el gasto de energía y materiales
durante la fase operativa de la vida útil del edificio.
126
Un planteamiento conservacionista de los recursos puede
basarse en las siguientes estrategias alternativas de proyecto: (1) medidas que
reduzcan el suministro y el flujo de recursos al sistema, (2) medidas que
mejoren la eficiencia y el rendimiento de los sistemas existentes, y (3)
medidas generales para el rediseño de sistemas existentes o el diseño de
sistemas nuevos.
127
Los índices energéticos como indicadores de impacto
ambiental
La energía es una variable crítica en el medio edificado. La
actual explotación de los recursos materiales depende de una manera muy
estrecha de los combustibles fósiles como fuentes de energía. La disponibilidad
de recursos no renovables tiende, asimismo, a disminuir constantemente y, en la
mayoría de los casos, sólo puede recuperarse a costa de un gasto energético
adicional que tiene que proceder de alguna parte.
128
El sistema edificado también tiene efectos importantes sobre
los flujos de energía de sus alrededores y sobre las personas que lo utilizan.
Además, las medidas adoptadas para solventar los problemas ambientales también requieren
gastos de energía, p. ej., para reciclar los desechos sólidos y reducir la
contaminación. En líneas generales, los edificios y sus instalaciones absorben
entre el 30 y el 40 por ciento de la energía consumida anualmente por el medio
artificial, mientras que el transporte consume otro 25 por ciento del total
(Bender, 1973). Si simplemente nos limitamos a aumentar la disponibilidad del
suministro de energía, no conseguiremos otra cosa que contribuir al aumento del
consumo y a la concentración de materiales existentes.
133
7 Interdependencias ecológicas del interior al exterior del medio
edificado
155
8 El proyecto ecológico
159
(…) un modelo de proceso de proyecto convencional consta de
tres partes principales (Markus, 1973): análisis, síntesis y evaluación.
1. Análisis: definir el programa del edificio como una
formulación de impacto ecológico.
167
2. Síntesis: producir una solución de proyecto
171
3. Evaluación: establecer el rendimiento de una solución de
proyecto.
En el proceso de proyecto convencional, la fase de
evaluación es un acto retrospectivo mediante el cual el proyectista comprueba las
cualidades de su solución.
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