Ábalos, Iñaki: La belleza en el siglo XXI

Ábalos, Iñaki: La belleza en el siglo XXI, en Gausa, Manuel; Devesa, Ricardo (Eds.) (2010): Otra Mirada posiciones contra crónicas. La acción crítica como reactivo en la arquitectura española reciente, Gustavo Gili (págs. 171-175)

171
En la arquitectura contemporánea, aunque no sólo en ella, asistimos a la construcción simultánea de nuevos modelos estéticos, muchos de ellos revisión de los heredados de la modernidad, otros dependientes de los sistemas contemporáneos de pensamiento, otros provenientes de la fascinación por la neomáquina y por la cultura de masas o derivados de los fenómenos sociales y políticos que componen sistemas contradictorios, influidos a menudo por una nostalgia compulsiva del pasado o del futuro.
Quizá uno de los factores que introducen más confusión sea que, víctimas aún del puritanismo moderno, muchos son incapaces de articular sus propuestas como lo que son, como puras proyecciones de un modelo estético y ético. Sin embargo, parece más productivo estudiar estos constructos culturales como sistemas estéticos tentativos, con la intención no sólo de aclarar cuáles son sus bases, objetivos referencias y resultados, sino también de aprender los procedimientos y técnicas proyectuales asociadas a cada uno de ellos y discutir su vigencia y performatividad (capacidad de realizarse) en el mundo por venir.
Partiré de una asunción simple: los sistemas estéticos se construyen como resultado, al menos parcial, de la mirada cruzada entre sistemas filosóficos, prácticas plásticas y artísticas, paradigmas científicos y nuevas técnicas, así como por la necesidad de dar expresión a deseos y necesidades percibidos como nuevos, o al menos, como no satisfechos por los sistemas estéticos precedentes. Desde esta perspectiva, al menos siete paradigmas, que se corresponden con lo que podríamos denominar los filones más activos y más atractivos, pueden identificarse con claridad hoy en el panorama profesional. Haré un resumen muy breve de cuáles son sus solicitudes para así tener un panorama global, no obstante, asumiré toda la provisionalidad que nombres y descripciones tienen como proyecciones de mi subjetividad.

171-172
Informe
(...) la fascinación por las formas de la geometría compleja ha invadido el panorama profesional (...) la extensión de la tecnología digital a gran parte de los procesos de producción material (...) ha posibilitado no sólo nuevas formas de concebir, sino también de construir, para las que la geometría diédrica es sólo una probabilidad más (...) esta atracción por lo complejo y lo informe no debiera sólo describirse como efecto de avances técnico-científicos. Desde la filosofía moderna (de Georges Bataille a Gilles Deleuze), y desde distintas prácticas artísticas fascinadas por lo orgánico y lo escatológico, desde Ana Mendieta a Paul McCarthy, se viene detectando, con mediana precisión un proceso similar de inmersión en lo informe que abre los significados y los territorios de exploración, más allá del puro fetichismo o de lo meramente formal.

172
Medioambiental
El ascenso político de las cuestiones medioambientales ha significado un cambio de orientación respecto de las prácticas modernas del espacio: tanto arquitectura como urbanismo han rectificado muchas de sus ideas según se objetivaba científicamente y se extendía socialmente la problematización del modelo industrial moderno y su insensibilidad hacia el consumo ilimitado de los recursos naturales.
De hecho, esta sensibilización ha venido inducida, en gran parte, por la aparición de nuevos profesionales (biólogos, ecólogos, geógrafos, etc.) que han introducido nuevos modelos y métodos (en parte integrados por algunas escuelas contemporáneas de paisajistas) en el ámbito disciplinar, competencia antes exclusiva de los arquitectos. Pero hasta ahora no se ha problematizado el modelo estético que estas prácticas implican, un modelo que viene transformado por los nuevos criterios constructivos, por la concepción de la energía en el proyecto, por la aparición de nuevos tipos y escalas de arquitectura y planificación. Y que conlleva, por así decirlo, la destrucción desde dentro de muchos paradigmas estéticos modernos, pues esta destrucción se articula desde la propia tecnificación científica que dio origen a aquéllos, ahora orientada en una dirección distinta.
El ambiente ha pasado, así, a ser objeto que urge una especulación estética con claras connotaciones políticas.

172-173
Banal
Lo cotidiano ha adquirido un valor creciente conforme las técnicas de mercado inflaban públicamente los valores de lo nuevo o de lo original y el capitalismo afinaba sus sus métodos y ampliaba sus escalas y dominación (...) Reconocer las técnicas de la experiencia humana real, desinfectar la mirada, ver lo que queremos ver y no lo que nos obligan a ver. La estética de lo cotidiano (...) una explosión instantánea de belleza, evitar el juicio moral, aprender a sobrevivir en esta jungla en la que nos ha tocado desarrollarnos, construida sobre la base de una competencia irreflexiva y acelerada, televisión basura, moda y ocio consumista. Identificar la belleza posible, las técnias asociadas a la proyección de una mirada independiente equivale a poseer las claves para su expansión y enriquecimiento, para construir, desde dentro, otro tiempo y otro lugar, probablemente más naturales y habitables.

173
Pragmático
La tecnificación introdujo en la modernidad no sólo una revolución en los métodos productivos, sino también una nueva forma de concebir las tareas de la filosofía, ya no atrapada en lo metafísico, sino en encontrar un sentido a la nueva capacidad productiva alcanzada. El pragmatismo es un puente entre el hacerse de las cosas y hacer que las cosas sirvan para algo a los hombres, un puente entre técnica y teoría.
(...)
¿Cuáles son nuestras herramientas, métodos y valores estéticos asociados a una revitalización arquitectónica que pretenda emular al auge del pragmatismo filosófico actual? ¿Hay una belleza asociada a las formas de organización del trabajo, a las escalas y tiempo de construcción de las grandes operaciones actuales, al mercado de las metrópolis en competencia global, más allá del puro entreguismo a la eficacia avasalladora de los nuevos medios, o de la vaga enunciación de la ciudad genérica de Rem Koolhaas?

173-174
Neomatérico
La materia ha dejado de pensarse como un recipiente pasivo de formas y sustancias capaces de producir sensaciones asociadas a valores morales o éticos. En poco tiempo, hemos pasado del hilemorfismo aristotélico a una visión holística de la materia, a veces transfigurada en único agente proyectual (...) mientras tanto los investigadores científicos han abierto la posibilidad de diseñar nuevos materiales y alterar con ello la concepción tradicional de la materia, sujeto y ya no objeto pasivo de la imaginación creadora, ahora diseñable mediante la definición de parámetros abstractos.
Los arquitectos contemporáneos compiten por identificar una materialidad apta para ampliar los límites de la experiencia y de las metodologías proyectuales heredadas. Con este fin, abren interrogantes que exigen una reflexión sobre el sentido de esta llamada casi instintiva, verdadero signo de los tiempos.

174
Pintoresco
La elaboración de un criterio estético unificado capaz de interpretar como iguales fenómenos naturales y construcciónes artificiales, junto con la comprensión de la experiencia estética como una secuencia temporal narrativa, y ya no base de objetos aislados, son los principales paradigmas que la cultura inglesa del siglo XVIII construyó bajo la categoría "pintoresco", así como la invención de la noción de "lugar"; es decir, la presencia activa del contexto en el proyecto.
(...)
Las biotecnologías deconstruyen las concepciones antitéticas de naturaleza y artificio; Bruno Latour reclama voz para las cosas en una democracia moderna, para lo que propone un modelo político basado en la asunción plena de aquellos "genios del lugar" activados por las sensibilidades empiristas; Doug Aitken y Olafur Eliasson dan presencia, en sus videos e instalaciones, a fenómenos naturales y artificiales mendiante la incorporación de secuencias visuales y temporales; Toyo Ito reclama una nueva cabaña primitiva para el tarzán de los bosques mediáticos...
Desde que Robert Smithson reclamase para su trabajo con los paisajes entrópicos la tradición pintoresca, son muchos quienes trabajan en una expansión de dicha tradición que se ajuste a la mirada y a la técnica actual. Estudiar las potencias aún no exploradas de este sistema debiera permitir ampliar sus objetivos y campos de trabajo, incorporar nuevos procesos metodológicos, ampliar su capacidad performativa.

175
Procesual
Hay ya una vieja pero activísima tendencia -que aquí pensaremos como otra tendencia estética-, basada en negar el valor tanto de los objetos como de los sistemas de valoración estética tradicionales asociados a la creación artística. El valor se traslada, en esta visión, a la consistencia de los procesos por sí mismos, a la concepción del proceso como límite del ámbito proyectual. Ello conlleva una cierta complacencia en lo maquínico, en la delegación de la toma de decisiones a los operadores del sistema y a una cierta fascinación por dejar inconclusos o abiertos, sin rasgos autobiográficos los productos formales finalmente segregados.
La primacía del proceso sobre el objeto es seguramente un legado del pensamiento analítico que, desde hace tiempo, se enfrenta al pragmatismo en los ámbitos académicos (...) una tendencia que entiende como positivas nuevas formas de colaboración interdisciplinar, así como la incorporación del tiempo como variable activa consustancial a todo proceso ¿Qué puede significar hoy este auge de lo metodológico sobre lo formal? ¿Qué nuevas formas de leer los límites de la belleza implica? ¿Existe una arquitectura de proceso, así como existe un arte de proceso? ¿Qué formas de ejercer la profesión comporta, qué figura de arquitecto construye implícitamente?

Es seguro que otros propondrán categorías diferentes, como es probable que, a fin de cuentas, no se alejasen demasiado de las áreas de interés que éstas intentan describir. Lo significativo podría ser, más bien, la conciencia de que, frente a tiempos en los que intentos semejantes despertaban un rechazo visceral de los propios arquitectos, hacerlo hoy parece una tarea urgente para poder avanzar, para ver "más allá". Es necesario aislar estos filones para estudiar sus filiaciones, sus lenguajes de inscripción, sus técnicas y protocolos. Pero sería infantil atribuir a ésta o a cualquier otra taxonomía que ensayásemos un valor normativo dogmático (...) Este es el reto que, quizá, hace unos años no nos atrevíamos a señalar: debemos aprender a mirar y a ver el sentido y el placer en las cosas y en los procesos con los que las construimos. Y debemos aprender a olvidar las palabras en singular -esencia, verdad, forma, etc.- para articular un nuevo lenguaje plural, mestizo y ajeno a la trascendencia: ésta es la belleza por venir, la belleza del siglo XXI.

(También se encuentra en: La belleza en el siglo XXI en CIRCO)

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