Piñón, Helio; García, Nicanor (2006): Teoría de la Arquitectura. Barcelona: Edicions UPC


Piñón, Helio; García, Nicanor (2006): Teoría de la Arquitectura. Barcelona: Edicions UPC



12
1. Modernidad y proyecto
Sobre la noción de teoría

(...) los conceptos básicos de la arquitectura moderna -idea de forma, capacidad para abordar un programa, papel del autor, características del objeto- se relacionan directamente con el proyecto de arquitectura, en la medida en que establecen el ámbito de los juicios sobre los que se va a construir la síntesis de la forma.
(...)
Me referiré a la modernidad como sistema basado en unos pocos pero firmes principios estéticos: la concepción como construcción -ya no como gestión, con criterios de mimesis,  de sistemas canónicos-; la abstracción como un modo de asumir la universalidad, trascendiendo pues lo particular y la forma consistente, equilibrada, en el marco de una idea de orden no reductible a la regularidad ni amparada en la jerarquía.
(...)
Ahora bien, "una teoría" de la modernidad arquitectónica es un conjunto coherente de respuestas a preguntas esenciales, capaces de explicarla en tanto que sistema estético. En este caso, una teoría del proyecto tratara de explicar el modo de proceder sistemático que vincula la concepción y la obra: es decir, se tratará de encontrar un conjunto de respuestas que, incorporando las condiciones del programa, den cuenta de las características peculiares de cada proyecto, sin que tal proceso pueda reducirse a un sistema concreto.

14
El proyecto condensa, en cada caso -de un modo diverso pero preciso-, la idea de arquitectura con que actúa el autor, al tiempo que intensifica los valores en que tal idea se basa: solo en el marco de un sistema estético preciso -en mi caso, el moderno-, el juicio supera la condición de mera apreciación personal.


22
FUNDAMENTO ESTETICO DE LA MODERNIDAD
A la pregunta: ¿En qué consiste realmente el núcleo estético del arte moderno?, habría que responder -por tanto- que la modernidad instituye un modo de entender la forma que sustituye al impulso de mimesis por el de construcción; se abandona la autoridad normativa del tipo arquitectónico -entidad convencional, con vigencia social e histórica-, para centrar el empeño en concebir un artefacto, en dotarlo de una estructura definida con criterios de forma consistente. Se renuncia al sistema tipológico como instancia normativa que legitima históricamente -y avala formalmente- la estructura espacial del edificio, para plantearse su estructura en términos de concepción subjetiva: en adelante, nada exterior al objeto podrá determinar o verificar a priori la estructura formal de su constitución. Sólo en este aspecto -en la renuncia a seguir recurriendo al estilo como sistema normativo-, puede hablarse de antiestilismo de la arquitectura moderna.

38
2. LA FORMA MODERNA
Forma y estilo

De todos modos, si se quiere que la utilización de la noción de forma, además de correcta -tanto en el marco de la filosofía como en el del arte-, sea fecunda, debe definirse el concepto con precisión: los textos sobre música -actividad artística formal por excelencia- suelen ser muy claros a este respecto. El Diccionario de la música, de Roland de Candé, en su edición francesa de bolsillo, de 1961 -por referirme a un clásico-, la define como "la manifestación superior de una estructura organizadora, de una intervención de la inteligencia sobre el azar", y añade que "la forma es la condición del arte".
(...) La forma es, pues, producto de la acción del sujeto: un árbol, en sentido estricto, no tiene forma, sino una estructura orgánica que vincula sus elementos (...)

La forma, por tanto, no tiene existencia real, sino que es el resultado de la proyección de un apriorismo del sujeto sobre la realidad, de modo que la transforma con criterios artísticos.

98
Proyecto y deseo
 (...) El proyecto se ha convertido así en un fetiche de nuestra sociedad, de modo que la habilidad para afrontarlo es la cualidad que distingue a los líderes (...) Definitivamente, hay que confiar en quien proyecta: no tan solo tiene ideas, sino que dispone del arrojo suficiente para acometerlas.

106
"Encajar el programa" era una expresión frecuente en la jerga profesional, lo que es ilustrativo de la claridad con que se asumía el propósito: encajar, es decir, relacionar los elementos de la arquitectura -programa y construcción-, de modo que el proyecto asumiese la condición de síntesis que identificaría el objeto, dotándolo de una formalidad precisa y genuina.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Sautu, Ruth (2005): Todo es Teoría. Objetivos y Métodos de Investigación (parcial)

Pallasmaa, Juhani (2018): Habitar.

Allen, S. (2009). Del objeto al campo: condiciones de campo en la arquitectura y el urbanismo