Deleuze, Gilles; Guattari, Félix (2002): Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia (Introducción: Rizoma)
Deleuze,
Gilles; Guattari, Félix (2002): Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia;
Valencia, Pre-Textos
Introducción: Rizoma
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Nosotros
no hablamos de otra cosa: las multiplicidades, las líneas, estratos y
segmentaridades, líneas de fuga e intensidades, los agenciamientos maquínicos y sus diferentes tipos,
los cuerpos sin órganos y su construcción, su selección, el plan de consistencia *, las unidades de medida en
cada caso (...)
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Un primer
tipo de übro
es el libro-raíz. E l árbol ya es la imagen del mundo, o bien la raíz es la imagen del árbol-mundo. Es el libro clásico como bella interiori-dad
orgánica,
significante y subjetiva (los estratos del übro). E l libro imita al
mundo, como el arte a la naturaleza: por procedimientos propios que llevan a
cabo lo que la naturaleza no puede, o ya no puede hacer. La ley del libro es la
de la reflexión, lo Uno que deviene Dos (...)
Uno
deviene dos: siempre que encontramos esta fórmula, ya sea estratégicamente enunciada por Mao,
ya sea entendida lo más "dialécticamente" posible, estamos ante el pensamiento más clásico y más razonable, más caduco, más manoseado. La naturaleza no
actúa de
ese modo (...)
El
sistema-raicilla, o raíz fasciculada, es la segunda figura del libro, figura que
nuestra modernidad invoca con gusto. En este caso, la raíz principal ha abortado o se
ha destruido en su extremidad; en ella viene a injertarse una multiplicidad
inmediata y cualesquiera de raíces secundarias que adquieren un gran desarrollo. La
realidad natural aparece ahora en el aborto de la raíz principal, pero su unidad
sigue subsistiendo como pasado o futuro, como posible.
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Verdaderamente
no basta con decir ¡Viva lo múltiple!, aunque ya sea muy difícil lanzar ese grito. Ninguna
habilidad tipográfica, léxica, o incluso sintáctica, bastará para hacer que se oiga. Lo múltiple hay que hacerlo, pero
no añadiendo
constantemente una dimensión superior, sino, al contrario, de la forma más simple, a fuerza de
sobriedad, al nivel de las dimensiones de que se dispone, siempre n-1 (sólo así, sustrayéndolo, lo Uno forma parte de
lo múltiple).
Sustraer lo único de la multiplicidad a constituir: escribir a n-1. Este
tipo de sistema podría denominarse rizoma.
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Ahora
bien, somos conscientes de que no convenceremos a nadie si no enumeramos algunos
caracteres generales del rizoma.
1.° y 2° Principios de conexión y de heterogeneidad:
cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe
serlo.
3.° Principio de multiplicidad: sólo cuando lo múltiple es tratado
efectivamente como sustantivo, multiplicidad, deja de tener relación con lo Uno como sujeto o
como objeto, como realidad natural o espiritual, como imagen y mundo. Las
multiplicidades son rizomáticas y denuncian las pseudomultiplicidades arborescentes.
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No hay
unidad, ni siquiera para abortar en el objeto o para "reaparecer" en
el sujeto. Una multiplicidad no tiene ni sujeto ni objeto, sino únicamente determinaciones,
tamaños,
dimensiones que no pueden aumentar sin que ella cambie de naturaleza (las leyes
de combinación aumentan, pues, con la multiplicidad).
(...)
En un
rizoma no hay puntos o posiciones, como ocurre en una estructura, un árbol, una raíz. En un rizoma sólo hay líneas. Cuando Glenn Gould
acelera la ejecución de un fragmento, no sólo actúa como virtuoso, transforma
los puntos musicales en líneas, hace proliferar el con-junto. El número ha dejado de ser un
concepto universal que mide elementos según su posición en una dimensión cualquiera, para devenir una multiplicidad variable según las dimensiones consideradas
(primacía del
campo sobre el conjunto de números asociados a ese campo). No hay unidades de medida,
sino únicamente
multiplicidades o variedades de medida.
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4.° Principio de ruptura
asignificante: frente a los cortes excesivamente significantes que separan las
estructuras o atraviesan una. Un rizoma puede ser roto, interrumpido en
cualquier parte, pero siempre recomienza según ésta o aquella de sus líneas, y según otras. Es imposible acabar
con las hormigas, puesto que forman un rizoma animal que aunque se destruya en
su mayor parte, no cesa de reconstituirse. Todo rizoma comprende líneas de segmentaridad según las cuales está estratificado,
territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.; pero también líneas de desterritorialización según las cuales se escapa sin
cesar. Hay ruptura en el rizoma cada vez que de las líneas segmentarias surge
bruscamente una línea de fuga, que también forma parte del rizoma. Esas líneas remiten constantemente
unas a otras. Por eso nunca debe presuponerse un dualismo o una dicotomía, ni siquiera bajo la forma
rudimentaria de lo bueno y de lo malo.
(...)
17
5.° y 6.° Principio de cartografía y de calcamonía: un rizoma no responde a
ningún
modelo estructural o generativo. Es ajeno a toda idea de eje genético, como también de estructura profunda.
(...)
Para
nosotros el eje genético o la estructura profunda son ante todo principios de
calco reproducibles hasta el infinito. La lógica del árbol es una lógica del calco y de la
reproducción.
(...)
El árbol articula y jerarquiza
calcos, los calcos son como las hojas del árbol. Muy distinto es el rizoma, mapa y no calco. Hacer el
mapa y no el calco.
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Si el
mapa se opone al calco es precisamente porque está totalmente orientado hacia
una experimentación que actúa sobre lo real. EI mapa no reproduce un inconsciente
cerrado sobre sí mismo, lo reconstruye (...) Forma parte del rizoma. El
mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable,
suceptible de recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto, alterado,
adaptarse a distintos montajes, iniciado por im individuo, un grupo, una
formación
social. Puede dibujares en una pared, concebirse como una obra de arte,
construirse como una acción política o como una meditación. Una de las características más importantes del rizoma quizá sea la de tener siempre múltiples entradas; la
madriguera es un rizoma animal que a veces presenta una clara distinción entre la línea de fuga como pasillo de
desplazamiento, y los estratos de reserva o de hábitat (cf. el ratón almizclero). Contrariamente
al calco, que siempre vuelve "a lo mismo", un mapa tiene múltiples entradas. Un mapa es
un asunto de performance, mientras
que el calco siempre remite a una supuesta competance.
(...)
¿No
estaremos restaurando un simple dualismo al oponer los mapas y los calcos como
el lado bueno y el lado malo? ¿No es lo propio de un mapa poder ser calcado? ¿No es lo propio de un rizoma
cruzar raíces,
confundirse a veces con ellas? ¿No conlleva un mapa fenómenos de redundada que ya son
como sus propios calcos? ¿No tiene una multiplicidad sus estratos en los que se
enraizan unificaciones y totalizaciones, masificaciones, mecanismos miméticos, hegemonías significantes, atribuciones
subjetivas? ¿No reproducen incluso las Líneas de fuga, gracias a su
eventual divergencia, las formaciones que ellas deberían deshacer o evitar? Pero lo
contrario también es cierto, es una cuestión de método: siempre hay que volver a colocar el calco sobre el mapa.
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Ser
rizomorfo es producir tallos y filamentos que parecen raíces, o, todavía mejor, que se conectan con
ellas al penetrar en el tronco, sin perjuicio de hacer que sirvan para nuevos
usos extraños.
Estamos cansados del árbol. No debemos seguir creyendo en los árboles, en las raíces o en las raicillas, nos
han hecho sufrir demasiado. Toda la cultura arborescente está basada en ellos, desde la
biología
hasta la lingüística. No hay nada más bello, más amoroso, más político que los tallos subterráneos y las raíces aéreas, la adventicia y el
rizoma. Amsterdam, ciudad totalmente desenraizada, ciudad-rizoma, con sus
canales-tallos, donde la utilidad se conecta con la mayor locura, en su relación con una máquina de guerra comercial.
El
pensamiento no es arborescente, el cerebro no es una materia enraizada ni
ramificada. Las erróneamente llamadas "dendritas" no aseguran la
conexión de
las neuronas en un tejido continuo. La discontinuidad de las células, el papel de los axones,
el funcionamiento de las sinapsis, la existencia de microfisuras sinápticas, el salto de cada
mensaje por encima de esas fisuras, convierten el cerebro en una multiplicidad
inmersa en su plan de consistencia o en su gUa, todo un sistema aleatorio de
probabilidades, incertain nervous system.
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Los neurólogos, los psicofisiólogos, distinguen una memoria
larga y una memoria corta (del orden de un minuto). Ahora bien, la diferencia
entre ellas no sólo es cualitativa: la memoria corta es del tipo rizoma,
diagrama, mientras que la larga es arborescente y centralizada (huella,
engramma, calco o foto). La memoria corta no está en modo alguno sometida a una
ley de contigüidad o de inmediatez a su objeto, puede ser a distancia,
manifestarse o volver a manifestarse tiempo después, pero siempre en condiciones
de discontinuidad, de ruptura y de multiplicidad. Es más, las dos memorias no se
distinguen como dos modos temporales de aprehender una misma cosa; no captan lo
mismo, el mismo recuerdo, ni tampoco la misma idea. Esplendor de una idea corta
(concisa): se escribe con la memoria corta, así pues, con ideas cortas,
incluso si se lee y relee con la memoria larga de los amplios conceptos. La
memoria corta incluye el olvido como proceso no se confunde con el instante,
sino con el rizoma colectivo, temporal y nervioso. La memoria larga (familia, raza,
sociedad o civilización) calca y traduce, pero lo que traduce continúa actuando en ella a
distancia, a contratiempo, "intempestivamente", no instantáneamente.
(...)
en un
magnífico
artículo
que denuncia "la imaginería de las arborescencias de mando" (sistemas centrados
o estructuras jerárquicas), Pierte Rosenstiehl y Jean Petitot señalan: "Admitir la primacía de las estructuras jerárquicas significa privilegiar
las estructuras arborescentes. (...) La forma arborescente admite una explicación topológica. (...) En un sistema jerárquico, un individuo sólo admite un vecino activo, su
superior jerárquico. (...) Los canales de transmisión están preestablecidos: la
arborescencia preexiste al individuo que se integra en ella en un lugar
preciso" (significancia y subjetivación). Los autores señalan a este respecto que, incluso cuando se cree haber
conseguido una multiplicidad, puede ocurrir que esa multiplicidad sea falsa —lo que nosotros llamamos tipo
raicilla—
puesto que su presentación o su enunciado aparentemente no jerárquico sólo admiten de hecho una solución totalmente jerárquica
(...)
22-23
A estos
sistemas centrados, los autores oponen sistemas acentrados, redes de autómatas finitos en los que la
comunicación se
produce entre dos vecinos cuales-quiera, en los que los tallos o canales no
preexisten, en los que los individuos son todos intercambiables, definiéndose únicamente por un estado en un
momento determinado, de tal manera que las operaciones locales se coordinan y
que el resultado final global se sincroniza independientemente de una instancia
central (...) El psicoanálisis no puede cambiar de método: su propio poder
dictatorial está basado en una concepción dictatoria) del
inconsciente. El margen de maniobra del psicoanálisis queda así muy reducido. Tanto en el
psicoanálisis
como en su objeto, siempre hay un general, un jefe (el general Freud). Por el
contrario, tratando el inconsciente como un sistema acentrado, es decir, como
una red maquínica de autómatas finitos (rizoma), el esquizoanálisis es capaz de llegar a un
estado completamente distinto del inconsciente. Y las mismas observaciones
sirven para la limguistica; Rosenstiehl y Petitot consideran, acertadamente, la
posibilidad de una "organización acentrada de una sociedad de palabras". Tanto para los
enunciados como para los deseos, lo fundamental no es reducir el inconsciente,
ni interpretarlo o hacerlo significar según un árbol. Lo fundamental es producir inconsciente, y con él nuevos enunciados, otros
deseos: el rizoma es precisamente esa producción de inconsciente.
23
Resulta
curioso comprobar cómo el árbol ha dominado no sólo la realidad occidental, sino todo el pensamiento
occidental, de la botánica a la biología, pasando por la anatomía, pero también por la gnoseología, la teología, la ontología, toda la filosofía...: el principio-raíz, Grund, roots y fundations.
(...)
Haudricourt
cree incluso que esa es una de las razones de la oposición entre las morales y las
filoso-fías de
la transcendencia, tan estimadas en Occidente, y las de la inmanencia en
Oriente: el Dios que siembra y siega, por oposición al Dios que horada y
desentierra (horadar frente a sembrar)Transcendencia, enfermedad específicamente europea.
25
(...)
Lo
fundamental es que el árbol-raíz y el rizoma-canal no se oponen como dos modelos: uno actúa como modelo y como calco
transcendente, incluso si engendra sus propias fugas; el otro actúa como proceso inmanente que
destruye el modelo y esboza un mapa, incluso si constituye sus propias jerarquías, incluso si suscita un
canal despótico.
No se trata, pues, de tal o tal lugar de la tierra, ni de un determinado
momento de la historia, y mucho menos de tal o tal categoría del espíritu, sino del modelo que no
cesa de constituirse y de desaparecer, y del proceso que no cesa de extenderse,
interrumpirse y comenzar de nuevo. ¿Otro o un nuevo dualismo? No. Problema de la escritura:
siempre se necesitan expresiones anexactas para designar algo exactamente. Y no
porque necesariamente haya que pasar por ahí, no porque sólo se pueda proceder por aproximaciones:
la anexactitud no es de ningún modo una aproximación, al contrario, es el paso exacto de lo que se hace.
25-26
Resumamos
los caracteres principales de un rizoma: a diferencia de los árbo-les o de sus raíces, el rizoma conecta
cualquier punto con otro punto cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite
necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma pone en juego regímenes de signos muy distintos
e incluso estados de no-signos. El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a
lo Múltiple.
No es lo Uno que deviene dos, ni tampoco que devendría directamente tres, cuatro o
cinco, etc. No es un múltiple que deriva de lo Uno, o al que lo Uno se añadiría (n+l). No está hecho de unidades, sino de
dimensiones, o más bien de direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni
fin, siempre tiene un medio por el que crece y des-borda. Constituye
multiplicidades lineales de n dimensiones, sin sujeto ni objeto, distribuibles
en un plan de consistencia del que siempre se sustrae lo Uno (n-1). Una multiplicidad
de este tipo no varía sus dimensiones sin cambiar su propia naturaleza y
metamorfosearse. Contrariamente a una estructura, que se define por un conjunto
de puntos y de posiciones, de relaciones binarias entre estos puntos y de
relaciones biunívocas entre esas posiciones, el rizoma sólo está hecho de líneas: Líneas de segmentaridad, de
estratificación, como dimensiones, pero también línea de fuga o de
desterritorialización como dimensión máxima según la cual, siguiéndola, la multiplicidad se metarmorfosea al cambiar de
naturaleza. Pero no hay que confundir tales líneas, o lineamientos, con las
filiaciones de tipo arborescente, que tan sólo son uniones localizables
entre puntos y posiciones. Contrariamente al árbol, el rizoma no es objeto
de reproducción: ni reproducción externa como el árbol-imagen, ni reproducción interna como la estructura-árbol. El rizoma es una
antigenealogía, una memoria corta o antimemoria. El rizoma procede por
variación,
expansión,
conquista, captura, inyección. Contrariamente al grafismo, al dibujo o a la fotografía, contrariamente a los
calcos, el rizoma está relacionado con un mapa que debe ser producido,
construido, siempre desmontable, conectable, alterable, modificable, con múltiples entradas y salidas,
con sus líneas
de fuga. Lo que hay que volver a colocar sobre los mapas son los calcos, y no a
la inversa. Contrariamente a los sistemas centrados (incluso policentrados), de
comunicación jerárquica y de uniones
preestablecidas, el rizoma es un sistema acentrado, no je-rárquico y no significante, sin
General, sin memoria organizadora o autómata central, definido únicamente por una circulación de estados. Lo que está en juego en el rizoma es una
relación con
la sexualidad, pero también con el animal, con el vegetal, con el mundo, con la política, con el libro, con todo
lo natural y lo artificial, muy distinta de la relación arborescente: todo tipo de
"devenires".
26
(...)
Nosotros
llamamos "meseta" a toda multiplicidad conectable con otras por
tallos subterráneos superficiales, a fin de formar y extender un rizoma.
Nosotros hemos escrito este libro como un rizoma. Lo hemos compuesto de mesetas
(...) Hemos trazado círculos de convergencia. Cada meseta puede leerse por
cualquier sitio, y ponerse en relación con cualquier otra. Para lograr lo múltiple se necesita un método que efectivamente lo haga
(...)
27
Nosotros
tampoco lo hemos conseguido. Únicamente hemos empleado palabras que a su vez funcionaban
para nosotros como mesetas, RIZOMÁTICA = ES-QUIZOANÁLISIS = ESTRATOANÁLISIS = PRAGMÁTICA = MICROPOLÍTICA. EstaS palabras SOU conceptos, pero los conceptos son
líneas,
es decir, sistemas de números ligados a tal dimensión de las multiplicidades
(estratos, cadenas moleculares, líneas de fuga o de ruptura, círculos de convergencia, etc.).
En ningún
caso aspiramos al título de una ciencia. Nosotros no conocemos ni la
cientificidad ni la ideología, sólo conocemos agenciamientos. Tan sólo hay agenciamientos maquínicos de deseo, como también agenciamientos colectivos de
enunciación.
Nada de significancia ni de subjetivación: escribir a n
(cualquier enunciación individualizada permanece prisionera de las
significaciones dominantes, cualquier deseo significante remite a sujetos
dominados). Un agenciamiento en su multiplicidad actúa forzosamente a la vez sobre
flujos semióticos,
flujos materiales y flujos sociales (independiente-mente de la recuperación que puede hacerse de todo
eso en un corpus teórico y científico). Ya no hay una tripartición entre un campo de realidad,
el mundo, un campo de representación, el libro, y un campo de subjetividad, el autor. Un
agenciamiento pone en conexión ciertas multiplicidades pertenecientes à cada uno de esos órdenes, de suerte que un libro
no se continúa en el libro siguiente, ni tiene su objeto en el mundo, ni
su sujeto en uno o varios autores. En resumen, creemos que la escritora nunca
se hará
suficientemente en nombre de un afuera.
(...)
Se
escribe la historia, pero siempre se ha escrito desde el punto de vista de los
sedentarios, en nombre de un aparato unitario de Estado, al menos posible,
incluso cuando se hablaba de los nómadas. Lo que no existe es una Nomadología, justo lo contrario de una
historia
(...)
Pero el
libro anticultural todavía arrastra un gran lastre cultural: no obstante, hará de él un uso activo de olvido y no
de memoria, de subdesarrollo y no de progreso a desarrollar, de nomadismo y no
de sedentarismo, de mapa y no de calco, RIZOMÁTICA = POP'ANÁLISIS, incluso si el pueblo
tiene algo más que hacer que leer, incluso si los bloques de cultura
universitaria o de pseudocientificidad continúan siendo demasiado penosos o
pesados. La ciencia sería una cosa muy loca si la dejaran hacer, véase si no las matemáticas, que no son una ciencia,
sino un prodigioso argot, y además nomádico.
28-29
Escribir
a n, n-1, escribir con slogans: ¡Haced rizoma y no raíz, no plantéis nunca! ¡No sembréis, horadad! ¡No seáis lo uno ni múltiple, sed multiplicidades! ¡Haced la línea, no el punto! La velocidad
transforma el punto en línea ¡Sed rápidos, incluso sin moveros! Línea de suerte, línea de cadera, línea de fuga. ¡No suscitéis un General en vosotros!
Nada de ideas justas, justo una idea (Godard). Tened ideas cortas. Haced mapas,
y no fotos ni dibujos. Sed la Pantera Rosa, y que vuestros amores sean como los
de la avispa y la orquídea, el gato y el babuino.
29
Un rizoma
no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-ser, intermezzo. E l árbol es filiación, pero el rizoma tiene como
tejido la conjunción "y...y...y...". En esta conjunción hay fuerza suficiente para
sacudir y desenraizar el verbo ser. ¿A dónde vais? ¿De dónde partís? ¿A dónde queréis llegar? Todas estas preguntas son inútiles. Hacer tabla rasa,
partir o repartir de cero, buscar un principio o un fundamento, implican una
falsa concepción del viaje y del movimiento (metódico, pedagógico, iniciático, simbólico...).
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