JOHNSON, Steven (2003): Sistemas emergentes: O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software
JOHNSON, Steven
(2003): Sistemas emergentes: O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades
y software, Turner / fce
INTRODUCCIÓN
p.16
El trabajo de
Turing sobre morfogénesis había esbozado un modelo matemático donde agentes
simples, de acuerdo a reglas simples, generaban estructuras extraordinariamente complejas.
p.17
Treinta años
después de que los dos investigadores pergeñaran su teoría sobre papel, la
agregación del moho de fango es reconocida como un caso clásico para el estudio
de la conducta ascendente o bottom-up.
Algunos de los
mas populares videojuegos de nuestros días se parecen a células del moho de
fango porque están basados en las ecuaciones que Keller y Segel formularon a
mano alzada a finales de la década de 1970. Si la vida en la tierra evolucionó
a partir de la quiniela primigenia, podríamos decir que la vida digital mas
interesante de nuestras pantallas evolucionó a partir del moho de fango.
p.18
El descubrimiento
de Segel y Keller puede compararse con una de las primeras piedras que provocan
una avalancha (...) Treinta años después de que Keller desafiara la hipótesis
del marcapasos, los estudiantes reciben cursos de "estudios de
autoorganización", y el software ascendente organiza las comunidades
virtuales mas dinámicas de la Web.
Sin duda, algunas
de las grandes mentes de los últimos siglos -Adam Smith, Friedrich Engels,
Charles Darwin, Alan Turing- contribuyeron a la desconocida ciencia de la
autoorganización, pero como aún no era un campo de estudio reconocido, sus
obras fueron archivadas de acuerdo a las materias convencionales (...) Sin
embargo, para considerarlo un patrón era necesario encontrarlo en diversos
contextos. Solo cuando fue detectado el modelo se comenzó a pensar en estudiar
los sistemas de autoorganización en sí mismos. Keller y Segel lo observaron en
la formación de las colonias del moho de fango; Jane Jacobs en la formación de
los barrios urbanos; Marvin Misky en las diferentes redes del cerebro humano.
p.19
¿Que
características comparten estos sistemas? En términos sencillos, resuelven
problemas recurriendo a masas de elementos relativamente no inteligentes en
lugar de hacerlo recurriendo a un "brazo ejecutor" inteligente. Son
sistemas ascendentes, no descendentes. Extraen su inteligencia de la base. En
un lenguaje más técnico, son sistemas complejos de adaptación que despliegan
comportamientos emergentes. En estos sistemas, los agentes que residen en una
escala comienzan a producir comportamientos que yacen en una escala superior a
la suya: las hormigas crean colonias, los habitantes de una ciudad crean
barrios, un software de reconocimiento e patrón simple aprende a recomendar
libros. La evolución de reglas simples a complejas es lo que llamamos
"emergencia".
(...) la forma más
elemental de comportamiento complejo:
un sistema con agentes múltiples que interactúan en forma dinámica de múltiples
maneras, siguiendo reglas locales e independientes de cualquier instrucción de
un nivel superior. Sin embargo, este sistema no sería considerado emergente si las interacciones locales
no fueran, en alguna forma, de macro conducta observable.
p.21
¿Cómo dotar de más
capacidad de adaptación a un sistema de auto organización?
La pregunta es
crucial porque en los últimos años la historia de la emergencia ha entrado en
una nueva fase que será más revolucionaria que las dos fases precedentes. En la
primera fase hubo mentes agudas que intentaron entender la auto organización
sin darse cuenta de qué era a lo que se enfrentaban. En la segunda, ciertos
sectores de la comunidad científica comenzaron a ver la autoorganización como
un problema que trascendía las disciplinas establecidas y que intentaron
resolver parcialmente comparando el comportamiento en distintas áreas (...)
Sin embargo en la
tercera fase, que comenzó en la década de 1990, dejamos de analizar la
emergencia y comenzamos a generarla (...)
PRIMERA PARTE
p.27
Las ciudades no
tienen comités centrales de planificación que resuelvan el problema de compra y
distribución de bienes.... ¿Cómo evitan estas ciudades la devastadora
alternancia entre escasez y abundancia, año tras año, década tras década? El
misterio se agudiza cuando observamos la naturaleza caleidoscópica de las
grandes ciudades. Compradores, vendedores, administraciones, calles, puentes y
edificios siempre están cambiando, de modo que la coherencia de una ciudad se
impone sobre un flujo perpetuo de individuos y estructuras. Como la ola que se
alza frente a una roca en la corriente, una ciudad es un patrón en el tiempo
John Holland
p.30-31
A pesar del
comportamiento propio del servicio secreto y del vocabulario monárquico, no hay
jerarquías en el pensamiento de la colonia de hormigas. "Aunque 'reina'
sea un término que recuerde sistemas políticos humanos", explica Gordon,
"la reina no es una figura con autoridad. Pone huevos y es alimentada y
cuidada por obreras. No decide lo que hace cada obrera (...) A la reina le
sería físicamente imposible dirigir las decisiones de cada una de las obreras
acerca de qué tarea realizar y cuándo hacerlo"
p.36
Las amplias y luminosas
avenidas sugieren, en otras palabras, una ciudad de Potemkim sin un Potemkin.
Esa combinación de orden y anarquía es lo que hoy llamamos comportamiento
emergente. Los críticos urbanos saben desde Lewis Mumford y Jane Jacobs que las
ciudades tienen vida propia. Con barrios asentados en lugares que no han sido
planeados desde arriba por ningún Robert Moses. Pero la corriente intelectual
solo lo ha comprendido en los últimos años; cuando Engels caminó por esas
calles en la década de 1840 iba a tientas, intentando encontrar un culpable de
la perversa organización de la ciudad, aun cuando reconocía que la ciudad
evidentemente no tenía un plan. Como sucedía casi siempre a lo largo de la
historia del pensamiento, el desarrollo de esta nueva comprensión -las ciencias
de la complejidad y de la autoorganización- es complicado y está sujeto a
muchos factores y agentes que interactúan en él. Probablemente es mejor no
verlo como una narración lineal y sí como una red interconectada, que se hace
progresivamente más densa a través del siglo y medio que nos separa de la
primera visita de Engels a Manchester.
p.36-37
(...) Desde los
capítulos sobre Londres del Preludio,
de Wordsworth, hasta las cavilaciones itinerantes de Dublineses, de Joyce, el ruido y el sinsentido se transforman en
una experiencia estética. La multitud es algo a lo que uno se arroja por pura
poesía.
Complejidad es
una palabra que ha aparecido frecuentemente en aspectos críticos del espacio
metropolitano, pero en realidad hay dos tipos de complejidad fundamental en la
ciudad, dos experiencias con consecuencias de muy distinta comprensión. Existe,
en principio, un sentido convencional de complejidad como sobrecarga sensorial:
la ciudad tensa el sistema nervioso humano al extremo; en ese proceso le enseña
una serie de reflejos y le abre el camino para una serie de valores estéticos
complementarios, que crecen como una costra alrededor de la herida. (...)
Existe también el sentido de complejidad como sistema autoorganizado, más en la
línea del instituto Santa Fe que de la Escuela de Frankfurt. Este tipo de
complejidad vive en un nivel superior; describe el sistema de la ciudad en sí
mismo y no en su recepción empírica por parte del habitante. La ciudad es
compleja porque abruma, sí, pero también porque tiene una personalidad
coherente, una personalidad que se autoorganiza a partir de millones de
decisiones individuales, un orden global construido a partir de interacciones locales.
p.38
(...) Una ciudad
es algo así como una máquina de amplificar patrones: sus barrios son un modo de
medir y expresar la conducta repetida de colectividades mayores; recogen
información acerca de la conducta grupal y comparten esa información con el
grupo. Puesto que esos patrones retroalimentan a la comunidad, pequeños cambios
de conducta pueden convertirse rápidamente en movimientos mayores (...) Para
crear esas estructuras no son necesarias
ni regulaciones ni planes urbanísticos deliberados. Lo único que se necesita
son miles de individuos y unas pocas reglas simples de interacción.
p.39
(...) La historia
del urbanismo es una historia de signos mudos, construidos a partir de la
conducta colectiva de grupos más pequeños y difícilmente detectados por quienes
no pertenecen al grupo.
p.39-40
La investigación
bélica de Turing se había centrado en la detección de patrones agazapados en el
aparente caos del código, pero en sus años de Manchester, su mente se sentía
atraída por el reflejo exacto del problema original de la decodificación: cómo
pueden construirse patrones complejos a partir de reglas simples. ¿Cómo sabe
una semilla construir una flor?
p.41
Los laboratorios
Bell fueron la base de operaciones de otro genio, Claude Shannon, fundador de
la teoría de la información, cuyo trabajo exploraba los límites entre el ruido
y la información.
p.43-44
Weaver había
desempeñado un papel fundamental en el departamento de Ciencias Naturales de la
Fundación Rockefeller (...) y cuando, a finales de la década de 1950, se
retiró, escribió un extenso informe para la Fundación (...) La ocasión
propiciaba una reflexión retrospectiva (...) pero el documento que Weaver
produjo (...) era mucho más anticipatorio y prospectivo. En muchos aspectos
merece ser reconocido como el texto fundador de la teoría de la complejidad, la
clave para que el estudio de sistemas complejos comenzara a pensarse como un
campo unificado. Reuniendo por aproximación la investigación en biología
molecular, la genética, la física, la ciencia informática y la teoría de la
información de Shannon, Weaver dividió los últimos siglos de la investigación
científica en tres grandes campos. En primer lugar, el estudio de sistemas
simples: problemas de dos o tres variables, tales como la rotación de los
planetas o la conexión entre una corriente eléctrica y su voltaje y su resistencia.
En segundo término, problemas de "complejidad desorganizada",
caracterizados por millones o miles de millones de variables cuya única posible
organización es a través de mecánica estadística y teoría de probabilidades.
Estas herramientas no solo ayudaron a explicar el comportamiento de las
moléculas de un gas o los patrones de herencia genética, también ayudaron a las
compañías de seguros de vida a ganar dinero a pesar del limitado conocimiento
que pudieran tener acerca de la salud futura de cualquier ser humano (...) Pero
había una tercera fase en esta progresión (...) Había una región intermedia
entre las ecuaciones de dos incógnitas y los problemas que encierran miles de
millones de variables. convencionalmente esta región involucraba un número
"moderado" de variables, pero el tamaño del sistema era una
característica secundaria:
Mucho
mas importante que el mero numero de variables es el hecho de que estas
variables están interrelacionadas [...] Estos problemas, contrastados con las
situaciones desorganizadas con las que puede lidiar la estadística, muestran un rasgo esencial de organización.
Nos referimos por tanto a este grupo como de complejidad organizada.
(...) El cambio
de paradigma era más que una nueva actitud mental, de acuerdo con Weaver; anunciaba
la aparición de nuevas herramientas.
p.47-48
Jacobs dio al último
capítulo del libro Death and life...
el memorable título de "Qué clase de problema es una ciudad", y
comenzó citando profusamente el ensayo de Weaver. Comprender cómo funciona una
ciudad, dice Jacobs, requiere una aproximación al problema desde el nivel de la
calle hacia arriba. "En partes de las ciudades que funcionan bien en
algunos aspectos y mal en otros (como suele ser el caso), no pueden analizarse
las virtudes y los errores, diagnosticar los problemas o considerar cambios
beneficiosos sin abordarlos como problemas de complejidad organizada",
escribió. "Podremos desear análisis mas simplistas y globales, y curas mas
simples, amplias y mágicas; pero el deseo no transformará estos problemas en
asuntos más simples que la complejidad organizada aunque tratemos de evadir las
realidades y de tratarlas como algo distinto de lo que son."
(...) Un siglo
después de que Engels percibiera la desaparición sistemática de los pobres
urbanos en Manchester, la ciudad fue finalmente vista bajo el enfoque de la
autoorganización.
p.50
Pandemónium, tal
como Selfridge lo describió en su conferencia, no era un software específico,
sino un modo de aproximación a un problema. El problema era ambicioso, dados
los limitados recursos informáticos del momento: cómo enseñar a una computadora
a reconocer patrones mal definidos o erráticos, como las ondas sonoras que
componen el lenguaje hablado.
La lucidez del
nuevo paradigma de Selfridge radicaba en el hecho de basarse en una
inteligencia ascendente, distribuida y no unificada de forma ascendente. En
lugar de construir un solo programa inteligente, Selfridge creó un enjambre de
mini programas limitados, a los que llamó demonios.
p.52
El sistema
descrito por Selfridge, con su aprendizaje ascendente y sus instancias
evaluadoras de retroalimentación, aparece en los libros de historia como la
primera descripción práctica de un programa de software emergente. El mundo se
mueve hoy en un enjambre de millones de sus demonios.
p.53-54
(...) Al igual
que Turing, quiso explorar el modo en que reglas simples podían llevar a
conductas complejas; como Selfridge, quiso crear un software que fuera capaz de
un aprendizaje abierto. Su gran hallazgo fue el de utilizar las fuerzas de otro
sistema abierto, de abajo a arriba: la selección natural. Sobre el modelo de
Pandemónium de Selfridge, Holland tomó la lógica de la evolución Darwiniana y
construyó un código. Llamó a su nueva creación "algoritmo genético"
(...) El sistema
de Holland se centraba en una serie de paralelismos entre programas
informáticos y formas de vida en la tierra. Cada uno depende de un código
maestro para su existencia: los ceros y unos de la programación informática y
las cadenas helicoidales de ADN agazapadas en todas nuestras células
(usualmente denominadas genotipos). Esos dos tipos de código dictan formas o
conductas de un nivel superior [el fenotipo]: ser pelirrojo o multiplicar dos
números. Con base en el ADN de los organismos la selección natural opera creando
una enorme cantidad de variaciones genéticas, y evaluando después la tasa de
éxito de las conductas posibles desencadenadas por todos esos genes. Las
variaciones que tienen éxito pasan a la siguiente generación, mientras que las
que fracasan, desaparecen. La reproducción sexual asegura que las combinaciones
innovadoras de genes se encuentren.
p.54-55
(...) "Tomé
la idea de la lectura del primer libro de Richard Dawkins, El gen
egoísta", cuenta hoy Jefferson. "Ese libro me transformó. Defiende la
teoría de que para ver la evolución Darwiniana en acción sólo es necesario
disponer de objetos que puedan reproducirse, hacerlo imperfectamente y tener
algún tipo de limitación de recursos, de modo que haya competencia. No importa
nada más; se requiere de un axioma ínfimo y abstracto para hacer funcionar la
evolución. Entonces se me ocurrió que los programas tienen esas propiedades,
pueden reproducirse. Sin embargo, habitualmente se reproducen exactamente. Comprendí que si había un
modo de que se reprodujeran imperfectamente, y si se disponía no sólo de un
programa, sino de una población entera de programas, sería posible simular la
evolución con el software en lugar de hacerlo con organismos."
p.60
Estamos viviendo
la tercera fase de esa revolución. Se puede situar su punto de partida a
comienzos de la década de 1990, el día en que Will Wright lanzó un programa
llamado SimCity, que se convirtió en un best seller de las franquicias de
videojuegos de todos los tiempos. SimCity inauguró también una nueva fase en la
historia del desarrollo de la autoorganización: la conducta emergente no era
sólo un objeto de estudio, algo que interpretar y modelar en el laboratorio.
Era también algo que se podía construir,
con lo que se podía interactuar, y que se podía vender. Aunque SimCity surgió a
partir del desarrollo de la visión ascendente del mundo, sugería una apertura
completamente nueva: SimCity era obra de la cultura, no de la ciencia. Su
objetivo era entretener, no explicar.
(...) Junto al
éxito popular ha tenido lugar un efecto secundario, sutil pero significativo:
comenzamos a pensar usando las herramientas conceptuales de los sistemas
ascendentes. Al igual que las metáforas del relojero de la Ilustración, o de la
lógica dialéctica del SXIX, la visión del mundo emergente pertenece a este
momento, da forma a nuestros hábitos de pensamiento, y tiñe nuestra percepción
del mundo.
p.67
Aunque no hay una
sola clave para el éxito de los insectos sociales, la inteligencia colectiva
del sistema de la colonia desempeña un papel esencial. Lo llamaremos la lógica
del enjambre: 10,000 hormigas -cada una limitada a un magro vocabulario de
feromonas y a habilidades cognitivas mínimas- se encargan de resolver
colectivamente problemas que requieren sutileza e improvisación.
p.71-72
Si se construye
un sistema diseñado para aprender desde el nivel del suelo, un sistema donde la
macrointeligencia y la adaptabilidad deriven del conocimiento local, deberán
seguirse cinco principios fundamentales. Las hormigas granívoras de Gordon los
exhiben en funcionamiento.
Más es diferente. Este viejo eslogan de la teoría de la complejidad posee
en realidad dos significados pertinentes para nuestras colonias de hormigas. En
primer lugar, la naturaleza estadística de la interacción entre hormigas requiere
de una masa crítica de hormigas para que la colonia haga apreciaciones
inteligentes de su estado global. Díez hormigas deambulando en un suelo
desierto no podrán juzgar adecuadamente la necesidad total de forrajeras o
constructoras, pero dos mil harán esa tarea admirablemente. "Más es
diferente" también aplica a la distinción entre micromotivos y
macroconducta (...) Sólo a través de la observación del sistema completo en
funcionamiento se hace evidente la conducta global.
La ignorancia es útil. La simplicidad del lenguaje de las hormigas, y la
estupidez relativa de las hormigas individuales, es como dicen los
programadores, una característica; no un defecto. Los sistemas emergentes
pueden volverse inmanejables cuando sus componentes son excesivamente complicados.
Es mejor construir un sistema densamente interconectado con elementos simples y
dejar que la conducta mas sofisticada aparezca paulatinamente. (Por esa razón
los chips transmiten información empleando un lenguaje de ceros y unos).
Alentar los encuentros casuales. Los sistemas descentralizados, como
las colonias de hormigas, dependen fuertemente de las interacciones casuales de
las hormigas que exploran un espacio dado sin órdenes predefinidas. Sus
encuentros con otras hormigas son individualmente arbitrarios, pero dado que
hay tantos individuos en el sistema, esos encuentros les permiten medir y
alterar el estado macro de todo el sistema.
Buscar patrones en los signos. Si bien las hormigas no necesitan un
vocabulario extenso y son incapaces de formulaciones sintácticas, dependen en
gran medida de los patrones en los semioquímicos que detectan (...) Esta
habilidad de detectar patrones permite que circule metainformación a través de
la mente de la colonia: signos acerca de los signos. Oler las feromonas de una
sola hormiga recolectora significa poco o nada, pero oler las feromonas de
cincuenta forrajeras en una hora brinda información acerca del estado global de
la colonia.
Prestar atención a tus vecinos. Esta es la lección más importante
que las hormigas tienen para nosotros, y la de más vastas consecuencias. Podría
reformularse como "la información local conduce a la sabiduría
global"
p.75-76
El cuerpo humano
está compuesto de varios cientos de tipos diferentes de células: musculares,
sanguíneas, nerviosas, etc. En todo momento, aproximadamente setenta y cinco
billones de estas células están trabajando en su cuerpo. En un sentido literal,
usted es la suma de sus acciones; no hay usted
sin ellas. ¡Y sin embargo estas células están muriendo todo el tiempo! Miles
han muerto probablemente en el lapso que le llevó leer la última frase, y para
la próxima semana, estará compuesto de miles de millones de nuevas células que
no estuvieron ahí para leer la frase, mucho menos para disfrutar de sus
primeros pasos o asistir al baile de graduación. Las células mueren todo el
tiempo en su cuerpo y la mayoría de ellas se reemplazan en un santiamén.
(Incluso las células cerebrales se regeneran en la edad adulta). Y sin embargo,
de alguna manera, a pesar de esa enorme rotación celular, usted se siente usted
mismo semana tras semana y año tras año. ¿Cómo es posible?
p.78-79
(...) Las células
resuelven a qué párrafos prestar atención a través de la observación de señales
de las células que están a su alrededor: únicamente con esa interacción local
pueden producirse "vecindarios" complejos de distintos tipos de
células. El premio Nobel Gerald Edelman llama a este proceso
"topobiología" (...) Como escribe Ridley: "La belleza del
desarrollo embrionario, el detalle que a los seres humanos les resulta tan
difícil de captar, reside en que es un proceso totalmente descentralizado. Dado
que cada célula posee una copia completa del genoma, ninguna necesita esperar
instrucciones de alguna autoridad; cada célula puede actuar con su propia
información y con las señales que recibe de sus vecinas"
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