MARINA, José Antonio [1998]: La selva del lenguaje (Parcial)
MARINA, José Antonio [1998]: La selva del lenguaje, Colecc.
Argumentos 219 Anagrama, Barcelona
Introducción
Según Stern, un Psicólogo que sabía del asunto, el
descubrimiento más importante de la vida de un niño es comprobar que cada cosa
tiene un nombre. A mí el pasmo me dura todavía.
Me gustaría por ello descostumbrarles de los cotidiano.
La velocidad de nuestra memoria resulta escandalosa.
Reconocemos y encontramos las palabras que necesitamos con una rapidez
inexplicable. Comprendemos veinte sonidos por segundo, que es más de lo que
puede analizar nuestro sistema auditivo.
Émile Benveniste: “Bien avant de servir a communiquer, la
langage sert a vivre”
Una vía nos lleva hacia el sujeto, la otra hacia la
estructura <…> A los filósofos les recordaré la distinción que hizo
Husserl entre noesis –una actividad del sujeto- y noema-el contenido de esa
actividad-. Las noesis son individuales, reales, los noemas son ideales,
irreales. Si el lector y yo pensamos <dos y dos son cuatro>, nuestro acto
es personal e intransferible, pero el contenido es común y comunicable. No
podemos transmitir actos reales, sino contenidos ideales, que el emisor y el
receptor puedan compartir.
Vivimos inevitablemente en el mundo de los significados
<...> lo que hacemos nos hace.
El lenguaje no es una obra más del ser humano: nuestra mente
ha llegado a ser estructuralmente lingüística. La palabra penetra hasta el
fondo de nuestra inteligencia.
Si solo podemos conocer el lenguaje, la realidad queda
lejísimos, únicamente aparece lo que aparece en el discurso. Y hay tantos
discursos como personas. Nos movemos pues, en un entramado de palabras,
palabras, palabras, de las cuales ni siquiera podemos conocer el significado
exacto, puesto que no lo tienen.El discurso posmoderno sobre el lenguaje
conduce a un relativismo complicado de defender, pero que afecta a nuestra vida
diaria. No está nada claro que podemos entendernos si cada uno de nosotros vive
en su lenguaje privado, dentro de su idiolecto, encerrado en una burbuja
semántica.
Heidegger: “El habla es la casa del Ser. Si el hombre vive
por su habla en el requerimiento del Ser, entonces los europeos vivimos
presumiblemente en una casa muy distinta de Extremo Oriente. Y un diálogo de
casa a casa es pues, imposible”
Heidegger, M.: Del camino al habla, ediciones del serbal,
Barcelona, 1979
El lenguaje nos
instruye sobre el modo ver la realidad, no sobre la realidad en sí, por eso es
más de fiar cuando habla de fenómenos subjetivos que cuando habla de realidades
objetivas.
Por debajo del lenguaje vemos aparecer un tratado de
psicología popular.
A través del léxico podemos descubrir el despliegue de
diferencias a partir de unas categorías universales.
1.
Saber y conocer
Todos tenemos la impresión de que sabemos algo más sobre una
cosa cuando sabemos su nombre
¿No “aplastamos” con el lenguaje lo
conocido y lo desconocido, lo real y lo ideal, etc. En categorías del lenguaje?
Con los nombres
Información que nos sirve para “aprender a ver” la realidad,
ordenar nuestra experiencia y aprovechar la experiencia de los demás.
Aprendemos un modelo ético.
Lengua y habla: El lenguaje nos sitúa a medio camino entre
lo individual y lo comunitario.
Tenemos en la memoria un complicado mapa semántico de la
realidad y unas reglas de uso que aplicamos con gran soltura, pero que solo
podemos “conocer” mediante un costoso trabajo de reflexión y análisis. Son
saberes tácitos, plegados, implícitos, anónimos.
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